sábado, abril 20, 2024
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Espejo desenterrado: Revueltas, el rebelde con causa

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“Nos ha desanudado la carne opaca de
los gritos
con turbia alegría de llanto degollado,
poniéndonos de pie la espesa cárcel
y la despedazada tortura.”

Por Karla Valenzuela
Esto escribía José Revueltas por allá a finales de los años 30, en su “Discurso de un joven frente al cielo”. Precisamente, a 40 años  de su fallecimiento (14 de abril de 1976), no nos pueden ser tan ajenos estos versos repletos de dolor.

Tras su muerte, el escritor recibió un homenaje en el auditorio Che Guevara de la Facultad de Filosofía y Letras, de la que formó parte como integrante del comité de lucha en el movimiento estudiantil de 1968.

Un día después, en su sepelio, se cuenta que José Cabada, también escritor, recordó la primera vez que Revueltas, de tan sólo 15 años, fue a dar a la cárcel luego de estar en un mitin en la Plaza de Santo Domingo.

El evento de último adiós fue público y estuvo muy concurrido, aunque no se permitió que ningún funcionario, ni siquiera Víctor Bravo Ahuja, entonces secretario de Educación Pública, hablara para rendir homenaje al icónico autor.

Martín Dozal, en el funeral de José Revueltas. Foto tomada de joserevueltas.wordpress.com
Martín Dozal, en el funeral de José Revueltas. Foto tomada de joserevueltas.wordpress.com

Tras 40 años, la situación de México no ha cambiado. Los índices de violencia crecen y la insensibilidad ha llegado a tanto que da lo mismo si aún no se sabe qué pasó con los 43, si golpean a un payaso, si ya hay sentenciados o no en el caso ABC, si una maestra es despedida o si un niño es deliberadamente acuchillado frente a otros hasta desangrarse, todo se valora igual –cuando menos en redes sociales– y todo se mide con la misma vara. Escandaliza un rato y luego ya no y no hay nada que nos haga levantarnos, a menos que golpee enteramente nuestros intereses personales.

Sin embargo, el rebelde de mi buen compañero de muchos días y noches, José Revueltas supo luchar por las causas que pertenecían a todos y a ninguno, no sólo en cuerpo y corazón –situación que a veces lo llevó a estar encerrado en una celda– sino también a través de sus letras.

Hoy, recuerdo a José Revueltas e imagino que seguiría luchando por la justicia, sensible a sus tiempos, haciendo algo para cambiar la realidad de su entorno.

Rindamos honor al escritor, pues, y levantemos la mano y la vida para hacer de estas tierras un lugar justo, aquí y ahora. Cuando menos, leamos su obra.

revueltas-01

 

 

*Karla Valenzuela es escritora y periodista. Es Licenciada en Letras Hispánicas y se ha especializado en Literatura Hispanoamericana. Actualmente, se dedica también a proyectos publicitarios.


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