jueves, abril 25, 2024
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Basura celeste: Sciascia o la actualidad del pasado

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Por Ricardo Solís
Ricardo SolísEl libro Para una memoria futura (Tusquets Editores, 2013), de Leonardo Sciascia (1921-1989), compendia una serie de artículos y opiniones publicadas en la prensa italiana durante la década de los ochenta que no solamente significan parte de lo último que escribiera en diarios el reconocido autor siciliano sino, más allá de los temas tratados, representa también una verdadera de lección de periodismo que da cuenta de cómo Sciascia enfrentó los dilemas éticos que implicaba asumir una opinión honesta, lo mismo que las consecuencias de sus asertos, sin sacrificar la elegancia del estilo o la aguda referencia judicial, histórica o literaria.

De hecho, el breve volumen lleva un sugestivo subtítulo que reza: “Si la memoria tiene un futuro”; esto es, para no dejar una impresión falsa en el lector. Ahora, si bien Sciascia no deja de manifestar en este compendio, escrito tras escrito, una “fe” que lo mueve a esperar que las cosas sean diferentes con el tiempo, es patente también que su experiencia –nativo de Racalmuto, un pequeño pueblo de Sicilia, testigo del ascenso del fascismo en su país y de la II Guerra Mundial, así como de los procesos posteriores de “cambio” en la mafia– le permite apreciar las condiciones en las que se administraba la justicia en Italia (con mucho, el tema más recurrente en su labor periodística, especialmente en este periodo, de 1979 a 1988, es decir, hasta unos meses antes de su fallecimiento).

Ahora, quizá alguien alegue que, precisamente por los asuntos que trata el libro, podría carecer de interés para el lector promedio en nuestro país pero, por el contrario, es justo por aquello que trata que su lectura se torna interesante, porque en estos artículos el autor de Todo modo adquiere con sus argumentos y aclaraciones –a las que le obligaban distintos “reclamos” ciudadanos que aparecían en la prensa debido a sus opiniones– una actualidad que, francamente, espanta.

Lo anterior, en detalle, se explica cada vez que debe defender su punto de vista en torno a la “definición” (improbable, siempre) de lo que significa “mafia” y cómo esta continúa operando, gracias a sobrevivir diferentes regímenes políticos y estrategias de ataque por parte del poder judicial; además, no sólo se critica puntillosamente a quienes utilizan de trampolín político la administración de justicia, sino también a aquellos “periodistas” o “intelectuales” (entre los que jamás se contó) que hacen de los medios impresos su feudo, exhibiendo sus magras capacidades éticas e, incluso, profesionales de variada índole, aquellos de los cuales “hay sueltos por nuestro país más de cuantos una sociedad bien ordenada puede soportar sin irse a pique”.

Si a alguien le hiciera falta una prueba de lo contemporáneo que puede ser Sciascia, vale citar un solo fragmento de este libro: “Las manifestaciones, las mesas redondas, los debates sobre la mafia, en un país en el que la retórica y la falsificación están a la orden de todos los días, sirven para dar la impresión y la tranquilidad de conciencia de que se hace algo, y sobre todo cuando nada concreto se hace”. No requiere de explicación, basta comparar lo que dice con el estado de cosas en México hoy día (incluso sin particularizar).

Para una memoria futura, de Leonardo Sciascia, no es apto para quien rehuye los múltiples pero necesarios rostros en los que puede manifestarse la verdad porque, a fin de cuentas, como bien sabía Luigi Pirandello –su paisano y colega–, “la mentira ofende tanto a los muertos como a los vivos” y, además, es preferible que se conozca, así resulte “obvia y trivial”. No cabe duda, leer a Sciascia es siempre saludable.




Ricardo Solís (Navojoa, Sonora, 1970). Realizó estudios de Derecho y Literaturas Hispánicas en la Universidad de Sonora. Ha colaborado en distintos medios locales y nacionales. Ganador de diferentes premios nacionales de poesía y autor de algunos poemarios. Fue reportero de la sección Cultura para La Jornada Jalisco y El Informador. Actualmente trabaja para el gobierno municipal de Zapopan.


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