Celuloide: Duna 2 o el príncipe Hamlet
Por Jesús Ricardo Félix
Dune 2 es una película basada en la novela homónima del escritor norteamericano Frank Herbert, dicha obra de ciencia ficción ha sido catalogada como una de las más imaginativas jamás creadas. Algunos afirman que sirvió de inspiración a George Lucas para crear el universo de Star Wars, otros que es una de esas novelas brillantes imposibles de filmar. Lo cierto es que la obra cuenta con varios intentos fallidos que no pudieron ser llevados a la pantalla, como el de Alejandro Jodorowsky, David Lean y el mismo Ridley Scott. Si mal no recuerdo, en la reseña de la primera parte de Dune hablamos sobre la película de David Lynch, por lo que no tiene caso repetirlo, basta con decir que se le considera un fracaso (por cuestión de taquilla), aunque para algunos es un filme de culto. Para los que analizan este tipo de fenómenos, ocurre con Dune, de Herbert lo que ocurre cuando se busca adaptar una obra de Shakespeare, la estructura narrativa es tan compleja y el universo tan amplio, que cualquier cineasta se quedaría corto al intentar convertir la palabra en imagen. Es por eso que en esta semana en El Celuloide hablaremos sobre la película Duna parte 2.
Dune 2 es una película de ciencia ficción estrenada el 2024, dirigida por Denis Villeneuve. Villeneuve es un director de cine canadiense reconocido por películas como Sicario, La llegada y Blade Runner 2049. Hay que empezar diciendo que es una película algo larga, con tres horas de duración. El personaje principal sigue siendo Paul Atreides, acompañado de la guerrera Chani de los Fremen. Juntos aportan esa pequeña dosis de romance en medio del ambiente bélico de la historia.
Desde el inicio de la película, cada escena va acompañada de la banda sonora de Hans Zimmer, que acentúa el carácter hipnótico del filme, ya de por si las imágenes manufacturadas por Villeneuve son épicas, acompañadas de la música de Zimmer el efecto se multiplica hasta alcanzar al decibel “piel de gallina”. Cada plano está cargado de una precisión técnica y estética que mantiene a la audiencia en un estado casi onírico. Es una película donde incluso cuando hay calma sientes algo de tensión, tal vez el personaje de Javier Bardem consigue relajar la atmósfera con un tono que raya en lo chusco.
La historia gira en torno a la transformación de la lucha mesiánica-freudiana de Paul Atreides entre el Eros y el Tánatos. Por un lado, adopta el rol de héroe que se sacrifica en nombre de las causas justas, y de pronto lo vemos como un personaje vengativo que no se tienta el corazón para utilizar a los que le rodean para conseguir sus objetivos. En eso podríamos decir que el personaje se acerca Shakespeare, llega a tener tantos contrastes que de pronto lo vemos como un héroe, y después como antagónico. Villeneuve parece construir la imagen de la casa Harkonnen a partir del imaginario nazi, es por eso que de pronto parece que vemos la fotografía característica de cineastas de la época como Riefenstahl.
La película Duna parte 2 es definitivamente recomendable. Una de las principales virtudes de Villeneuve parece ser simplificar el universo complejo de Herbert y convertirlo en un producto descifrable y entretenido para todo tipo de audiencias, obvio que los amantes de la ciencia ficción sentirán más afinidad con la producción.
Si tuviéramos que señalar algún defecto, sería que hay tantos personajes que no se alcanza a dar un “clímax” o resolución para cada uno de ellos, a veces parece que se quedan en pausa o apenas si alcanzan a ser partícipes de las acciones. Otro elemento Shakespeariano es, que a pesar de que estamos en un mundo con rayos laser, naves espaciales de alta tecnología, las principales peleas se dan a cuchillo en mano. Este elemento probablemente le resta credibilidad, pero aumenta la carga dramática que parece inspirada en una obra de teatro donde Paul Atreides se convierte en el príncipe Hamlet y Feyd Harkonnen en su tío Claudio.