domingo, abril 28, 2024
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Tuercas y tornillos: Acapulco inicia la era de la Guerra contra la gente en México

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Dr. Mario Alberto Velázquez García | Academia Mexicana de Ciencias
En el año 2105, Jeff Halper publicó un libro titulado “Guerra contra la gente, Israel, Palestina y la pacificación global” (War Against the People Israel, the Palestinians and Global Pacification, Pluto Press), donde analiza el cambio en el uso que los países están haciendo de sus ejércitos y la construcción de un nuevo modelo mundial basado en las nuevas tecnologías militares.

Para Halper, la era de las guerras convencionales estaba por terminar. Los ejércitos de las grandes potencias difícilmente se volverán a enfrentar unos frente a otros en el campo de batalla, dado el enorme poder destructivo que esto tendría. Sin embargo, esto no significa que estemos por presenciar una disminución de la importancia que los ejércitos tienen en el mundo; por el contrario, su poder crecerá en la nueva etapa militar que Jeff Halper denomina como “guerra contra la gente.”

La guerra contra la gente hace referencia a una era donde la intervención de los ejércitos se extenderá a las áreas de seguridad interna de sus países o sus fronteras. De esta manera, dejan de enfrentar a otros estados para comenzar a combatir a enemigos internos como grupos terroristas, separatistas, narcotraficantes, entre otros. En esta nueva guerra, se combina el uso de armas convencionales con armas de alta tecnología, lo que es importante para el desarrollo constante de nuevos productos para la expansión del mercado armamentista. El enemigo, en este caso, son pequeños grupos que no gozan de los derechos creados por los acuerdos internacionales, lo que prevé una constante violación de garantías.

La guerra contra la gente se libra en cuatro frentes: militar, político, mediático (los ejércitos y el estado usan propaganda constante para crear al rival y justificar su combate), así como el legal (negar cualquier tipo de derecho o garantía para los terroristas, narcotraficantes, etcétera). La guerra contra la gente se legitima con la idea de “seguridad”, donde la falta de esta es lo que hace necesaria la intervención de las tropas para restablecer el orden interno ante las amenazas de pequeños grupos.

En Acapulco, después del paso del huracán Otis, algunas de las escenas que empezaron a circular no solo fueron la devastación del fenómeno climático, sino también las escenas de saqueos en tiendas y centros comerciales. La falta de alumbrado también fue presentada como un grave problema que, por sí misma, parecía impulsar los saqueos y delitos. En este escenario, hemos visto un nuevo modelo de “ayuda” a Acapulco basado en un control total del ejército: desde la entrega de víveres, la limpieza hasta el reciente anuncio de la instalación de bases móviles del ejército en diversas colonias del puerto para asegurar la seguridad de las mismas personas. Los comercios han sido abiertos con vigilancia militar, y solo se permite el paso de un número limitado de personas, generando grandes filas. El presidente de México ha anunciado que sus reuniones de trabajo en Acapulco serán dentro de instalaciones militares. Esto supone la inauguración de este nuevo modelo de guerra contra la gente por parte del gobierno mexicano, donde, en este caso, el enemigo interno son las personas que vandalizan, pero también las organizaciones que buscan “aprovecharse” de la desgracia. Curiosamente, el discurso de seguridad del gobierno no ha mencionado la necesidad de combatir al narcotráfico como una prioridad inmediata. No obstante, en Acapulco podemos ver la puesta en operación de un modelo de control político-militar creciente en la sociedad mexicana, tal como lo definió Jeff Halper como la “guerra contra la gente.”

Separador - La Chicharra

MARIO ALBERTO VELÁZQUEZ GARCÍA
Profesor- Investigador de El Colegio de Sonora
Miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) nivel 1. Miembro de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC). Doctorado en Ciencias Sociales con Especialidad en Sociología, El Colegio de México. Maestría en Ciencias Sociales con Especialidad en Desarrollo Municipal en El Colegio Mexiquense. Licenciatura en Sociología, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Director de la Revista: “Revista Científica de Estudios Urbano Regionales Hatsö-Hnini”, www.revistahatsohnini.com.mx.

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