Celuloide: Hayao Miyazaki

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Por Jesús Ricardo Félix
Jesús Ricardo FélixCuando se habla del origen de los dibujos animados se menciona al británico James Stuart Blackton, también al francés Charles-Émile Reynaud. Años después vendría Walt Disney y los clásicos animados que ya conocemos. Después la era de los comics, el anime y los dibujos animados originalmente dirigidos a un público infantil dejarían de tener una audiencia definida. Los comics, la manga, el anime podría resultar atractivo para niños, adolescentes y adultos. La animación japonesa puede parecernos trillada o asociada a temas que solo a los “ñoños” (otakus o frikis) interesan. Lo cierto es que hay creadores como Hayao Miyazaki, que se caracterizan por explorar temáticas filosóficas o espirituales pero de una manera sencilla y bastante comprensible. Los protagonistas generalmente son niños o púberos a punto de entrar a la adolescencia con atmósferas surreales, fantasmagóricas, de un universo paralelo que puede incluir hechiceros, monstruos, dioses, animales parlanchines. Una de las influencias reconocidas por Miyazaki es nada más y nada menos que el brillante realizador japonés Akira Kurosawa. Es por eso que en este día del niño hablaremos del cine de animación de Hayao Miyazaki.

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Mi vecino Totoro (1988)

Esta es una de las animaciones favoritas del director mexicano Guillermo del Toro. Las hermanas Satsuke y Mei acompañan a su padre en una casa de campo mientras esperan a que su mamá se recupere en un hospital cercano. Las niñas exploran el bosque encontrándose con duendes y diferentes criaturas que les cambian la manera de ver la vida. Libertad, conexión con la naturaleza, infancia, muerte, aceptación, fantasía son algunos de los elementos incluidos dentro de la receta de Miyazaki.

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El viaje de Chihiro (2001)

Chihiro es una niña caprichosa de diez años quien ve como sus padres son convertidos en cerdos por una bruja malvada. La niña debe aprender los secretos acerca de un mundo mágico y sobrenatural si pretende liberarse a sí misma y a sus padres. Puede interpretarse como un análisis acerca de las brechas generacionales, como un llamado al cuidado del medio ambiente, el debate entre lo tradicional y lo moderno, el mundo racional y el del más allá que no se rige por las reglas de la lógica. El viaje de Chihiro cuenta con elementos surrealistas, brujas, espíritus y una protagonista común y corriente que logra conectarse de manera simple con la audiencia.

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El Castillo Ambulante (2004) 

Sophie es una joven sombrerera que se dispone a ir a visitar a su hermana, en medio del camino se le aparece una bruja que la convierte en una mujer de noventa años. Para tratar de romper el hechizo recorre el país, conoce a una especie de espantapájaros que la conduce al castillo ambulante. Ahí conoce al aprendiz de mago Markl, y al demonio del fuego Calcifer. Mientras en su país se ha desatado la guerra con el país vecino. Miyazaki ha declarado que está adaptación fue influenciada por la invasión de Norteamérica a Irak en el 2003. Aparte del pacifismo el creador intenta crear una atmósfera donde todo lo que vive puede transformarse o está en constante cambio. En resumen, cualquiera de las tres opciones representa una buena oportunidad para adentrarse en el increíble mundo del animador japonés.

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