Celuloide: Fleabag
Por Jesús Ricardo Félix
La neurosis es un malestar que tiene su origen en conflictos internos reprimidos que se manifiestan a través de síntomas tales como la ansiedad, angustia, somatizaciones, etcétera. Para algunos pensadores como Freud la esencia de nuestra organización social en si implica la constante aparición de síntomas neuróticos ya que la parte instintiva del individuo se encuentra en constante choque con el yo. Desde niños se nos enseña que es vergonzosa la desnudez, que el instinto sexual debe ser reprimido, que los desechos corporales son algo sucio que debe ocultarse. Todas esas experiencias van convirtiendo al individuo en un neurótico funcional adaptado a los lineamientos impuestos por la moral en turno.
Directores como Woody Allen han explotado la fórmula de exponer al personaje neurótico en la mayoría de sus películas. Protagonistas tímidos, con dificultad para relacionarse, que acuden religiosamente al psicoanalista, sus fobias y obsesiones expuestas de manera paradójica terminan por hacernos reír. En autores como Shakespeare o Dostoievski los personajes que nos enganchan siempre son los más complejos, obsesivos, depresivos, llenos de culpa. La fórmula ha sido utilizada por varios escritores y realizadores con suficiente éxito para seguir siendo replicada. Es por eso que en esta semana hablaremos de Fleabag.
Fleabag es una serie británica del 2016 creada y escrita por Phoebe Waller-Bridge quien a su vez interpreta al personaje principal. Así como si se tratase de una Woody Allen británica, Fleabag nos describe la vida de una joven londinense tan neurótica y disfuncional como ella misma. El concepto nace a partir de un monólogo creado por la misma actriz y se basa en las aventuras de su vida cotidiana. De manera frecuente la mujer rompe la cuarta pared para exponer las contradicciones internas de su personaje. Sus amantes no son lo suficientemente hábiles para saber lo que ella desea y su condición reprimida le obliga a fingir placer aun cuando no lo obtiene, los hombres son retratados como torpes, egoístas, infantiles.
Fleabag se encuentra en una crisis por la muerte de su socia y amiga, su negocio de cafetería no le ha ido muy bien, ella no siente que encaja en el estereotipo de mujer moderna. Fleabag es una mujer neurótica, egoísta, obsesionada con el sexo, demasiado superficial y compleja al punto de ser cómica. Ese cuadro de comportamiento nos lo muestra bajo el marco de un Londres parecido al Manhattan de Woody Allen, con personajes de un marco cultural elevado que viven o respiran la atmósfera del arte.
De pronto el personaje es invadido por una soledad existencial, sus relaciones duran menos que una sopa instantánea y su manera compulsiva de buscar sexo le impide pensar en el anhelado amor. Para colmo sus relaciones familiares no son nada envidiables, sus padres los han abandonado y ella vive una relación de competencia con su hermana. El personaje proyecta de manera continua el desprecio o compasión que siente por sí misma, ya desde el apodo que lleva el personaje: “bolsa de moscas” nos advierte que se trata de alguien desagradable.
Fleabag es definitivamente recomendable, es una producción que se burla de la neurosis, el egoísmo, la soledad, el sexo compulsivo envuelve todo eso en un sándwich de situaciones complejas y lo vende en forma de comedia. Se ríe del hombre y su necesidad de aprobación sexual, expone las inseguridades de las mujeres y su necesidad de competir unas con otras, expone la condición de soledad del individuo en las demandas de las sociedades modernas, como una tragicomedia británica a lo Woody Allen.
Bolsa de pulgas; no de moscas.
La reseña es una constante descripción casi técnica de los males que convierten a un adulto de este siglo en una persona miserable. Recorrer los textos es eso. Una persona que precisa del psicólogo y las analogías con el admirable y malogrado, alicaído, Woody Allen.
Si bien existe una identificación de una gran mayoría del público joven y adulto con la temática de la serie, el análisis mismo para recomendarla causa un efecto contrario porque ni se quiere vivir dentro de ese mundo recorriendo por horas una serie en que se recalca el devenir de la realidad de un personaje miserable; y emprenderlo como sátira es como decir, ok, las cosas están tan mal para hombres y mujeres que vale bien la pena mejor tomárselo a burla.
Quien tenga tiempo y servicio Amazon.