viernes, abril 19, 2024
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La Policía Energética: Energía y Leyes

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Por Ana Sotomayor
Ana SotomayorHola de nuevo a los lectores de esta columna!! Les pido una disculpa porque la semana pasada estuve ausente, hubo un viaje intermedio y mil actividades que me mantuvieron fuera del aire. Pero hoy estoy de regreso.

Hoy les quiero platicar un poco sobre las noticias de las que les he venido hablando, específicamente de aquellas en donde los conflictos entre los productores privados y la actual administración han sido llevados a los juzgados. Especialmente aquellos que generan energía renovable. Como les comentaba en artículos anteriores, los privados han ido ganando los amparos y suspensiones definitivas, lo que significa que el gobierno cayó en procedimientos que violaban las propias leyes que los regulan.

Pero vayamos por partes. No digo que las leyes que existen fuesen perfectas, en efecto existen lagunas jurídicas, puertas por las que existe aún la posibilidad de que se abuse de un derecho en beneficio de las empresas privadas. Sin embargo, hay que definir, y aquí quiero ser muy puntual, que las empresas son entidades económicas amorales, no son seres humanos que puedan ser calificados o a los que se les puedan asignar sentimientos. Para ejemplos de ello hay miles; recientemente en las redes sociales vi una noticia donde un pequeño empresario alquiló un local cuyo frente tenía un frondoso y añejo árbol. Hizo las modificaciones en su local, pero al colocar el anuncio exterior el árbol no permitía que fuese visto por los clientes potenciales y si los clientes no lo ven, no compran. Su decisión fue inmediata: sin pensarlo, sin consultarlo y sin revisar ley alguna, mandó cortar el árbol. Fue una decisión de negocios, amoral. Claro que en este caso violó una ley, pero la multa es de apenas unos varios cientos de pesos. Ahora imaginen que estas decisiones económicas no tengan leyes que las limiten o como en este caso, las multas por violarlas son de apenas una fracción del costo que implican.

Las empresas se crearon para la generación de riqueza por ello el gobierno es el encargado de crear leyes que regulen sus operaciones y nosotros como consumidores podemos elegir a aquellas empresas que muestren mayor compromiso social, ambiental o lo que nosotros consideremos como más atractivo y acorde a nuestros valores. De tal manera que con el libre mercado regulado, el gobierno legisla para que haya leyes, normas, reglamentos, códigos y si, multas o infracciones que deben ir acorde al daño o afectación, en una palabra que controlen el comercio, responsabilidad social, impactos ambientales, creación de empleos, no discriminación y varios etcéteras; y luego, estamos los consumidores que terminamos de definir, con nuestras preferencias de compra, que es lo que hará el éxito o fracaso de una empresa.

Ahora bien, las leyes son complicadas porque están sujetas a interpretaciones, y como norma todo aquello que no está específicamente prohibido es permitido. Con la reforma energética se intentaba regular la forma que se ideó en años anteriores para permitir a algunas empresas generar su propia energía, los llamados contratos legados. Una figura que tuvo muchos asegunes y fallas. La creación del Mercado Eléctrico Mayorista, una vez más imperfecto, fue la manera de buscar migrar todo lo anterior a una nueva manera de generar energía. Las leyes aún existen, el mercado está regulado y funciona, funciona bastante bien, ha permitido la inversión privada para la generación de energía limpia, pasamos prácticamente de cero a tener una capacidad instalada 6.5 GW de energía eólica que dan empleo a 14,000 personas y una capacidad 4.4 GW en energía solar, con un empleo estimado de 50,000 puestos de trabajo, además que las instalaciones de páneles en residencias se estima que también genera unos 6,000 empleos.

Todo esto para decirles que las cosas no son en blanco y negro, sino que existen muchas tonalidades de grises. Las empresas y los empresarios no son seres malvados ni los consumidores somos frágiles e indefensos ni los gobiernos son las fuentes de la bondad, en el ámbito económico no existen los cuentos de hadas. Cada uno debe hacer lo que le corresponde y tomar su responsabilidad.

Si la administración actual pretende prohibir la inversión privada deberá realizar las modificaciones pertinentes en la ley y justificar sus decisiones, porque entonces le corresponderá hacerse responsable de ellas. Por el momento, intentar detener o restringirla por medios que van contra las leyes existentes solo tendrán como resultado, como hasta ahora, amparos, demandas y decisiones jurídicas en su contra, pero que entorpecen el libre mercado.

Por hoy me despido, y como siempre les invito a informarse, vigilar y desde nuestras trincheras trabajar para hacer ciudadanía activa y responsable para sumarnos a la ola verde.

Si tienen alguna duda, comentario o queja, por favor no duden en enviar un mensaje a Sotomayor.anam@gmail.com. Nos vemos la próxima semana.

Separador - La Chicharra

Ana Sotomayor es graduada en Administración de empresa y candidata a maestría en Sustentabilidad (si todo sale bien). Su experiencia profesional incluye proyectos de eficiencia energética y energías renovables, y es una hábil profesional en el sector de la administración de la energía. Sus habilidades incluyen el identificar, evaluar y presentar de una manera entendible las oportunidades en el uso eficiente de la energía y sus aplicaciones. Tiene experiencia en servicios de consultoría de sustentabilidad y ha presentado soluciones y programas eficaces de manejo eficiente de la energía para distintos clientes incluyendo el sector privado, y gobiernos estatales y municipales. Actualmente tiene su propia firma de consultoría dedicada a la realización de auditorías energéticas, perfiles de consumo de energía, capacitación y trámites para la participación en el Mercado Eléctrico Mayorista. Su experiencia anterior incluye puestos administrativos y financieros en industrias medianas.

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