La Perinola: Quien escribe estas páginas

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Por Álex Ramírez-Arballo
Álex Ramírez-Arballo
Escribir es un oficio extraordinario que nos ayuda a vivir mejor, más hondamente. Cuando escribimos nos escuchamos a nosotros mismos, atendemos todo aquello que decimos sin voz en el escenario de la mente e iniciamos un diálogo de apuntalamientos y renuncias que no termina nunca, es verdad, pero que nos acerca siempre un poco más a ese paradigma que perseguimos como el insecto hechizado por la omnipresente luz que lo fascina. El que escribe es un peregrino de su mundo interior, uno que no sabe hacia dónde se dirige, aunque bien conoce la dirección que deben seguir cada uno de sus pasos. Cuando piensa que el camino ha terminado y no hay nada adelante sino el puro vacío, sucede la magia y el pie se planta en un mundo recién nacido. Escribir es una suerte de fisiología del espíritu, el flujo del ser por todas las galerías de la lengua.

Para escribir es necesario ser un lector constante, alguien que se asome a la vida y a los libros con la curiosidad de un niño que no deja de asombrarse por las maravillas que la existencia consciente entraña. No sé cómo es que alguien se entera, si es que se entera alguna vez, de que tiene que escribir; lo más probable es que todo comience como un juego, una mera imitación de lo que uno ha leído y admirado, aunque tal vez deba decir amor en lugar de admiración porque solo lo que ama de verdad es capaz de salir de sí mismo para fundirse con el otro, con lo otro. Escribir es querer asir el tiempo, detener la certeza fugaz de que somos alguien en vilo sobre este abismo que llamamos mundo.

Escribir ha sido en mi vida la manera de saberme hombre. Cuando escribo indago en mí, escucho lo que he sido, me dejo tomar por las luminosas razones de la sinrazón y avanzo arrojando un cono de luz sobre aquellas regiones dolorosamente oscurecidas; sé que hay algo que no se nombra con palabras humanas, algo que enuncia una a una todas las claves del orden, pero yo las olvido siempre. De todo esto se puede deducir que escribir es un vano esfuerzo por recordar ese secreto que se escapa algunas veces de la boca de los dioses.

He visto una y otra vez cómo muchas personas sienten una suerte de pudor insano frente a la escritura, como si esta fuera una actividad que solo puede desarrollarse en el ámbito de lo privado, como desnudarse o defecar. Se sienten menos o dicen sentirse menos porque son inseguros y piensan que la escritura es equiparable al deporte o la empresa y que, en consecuencia, puede ser medida con escalas matemáticas precisas que nos digan quiénes son los productivos y quiénes son los que deberían mejor olvidarse del asunto. ¡Tonterías! La escritura es una extensión del diálogo, la conciencia, el juego, la exploración intelectual, el goce erótico, la alegría infinita y la pasión por el milagro cotidiano de seguir vivos a pesar de todo. Escribir es como respirar, un acto de apertura y recogimiento al que estamos llamados todos.

En cuanto a mí, tengo una oración que repito cada mañana frente al espejo: escribe hoy y mañana como ayer y como el día que vendrá alguna vez. Escribe a pesar de ti y tu incurable ignorancia, tu pereza, tu desgano vital, tus eternas dudas. Escribe porque no eres en lo que piensas o dices sino en lo que escribes y queda en ese rastro insonoro de palabras que vamos dejando como sordo eco o feliz estela de uno mismo. Escribe sin esperar a cambio nada, como el perro que ladra y no pondera en qué consiste la naturaleza primordial de su ladrido. Escribe porque, aunque tú no lo veas, hay alguien al otro lado del río, alguien que espera ese autorretrato que tú egoístamente resistes, esa voz y esa cara que ella o él necesitan y han perdido. Escribe porque solo la escritura te vuelve visible y es preciso para ser humano, más que el cuerpo y el rojo reloj de su latido, ser visto alguna vez por la mirada que se posa en una página como quien asoma la nariz al fondo más impuro de sí mismo.




 

Álex Ramírez-Arballo. Doctor en literaturas hispánicas. Profesor de lengua y literatura en la Penn State University. Escritor, mentor y conferenciante. Amante del documental y de todas las formas de la no ficción. Blogger, vlogger y podcaster. www.alexramirezblog.com


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