Espejo desenterrado: Sueños de juventud… pesadillas de hoy

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Por Karla Valenzuela
Karla ValenzuelaMe opongo a la violencia, porque cuando parece causar el bien éste sólo es temporal, el mal que causa es permanente, decía Mahatma Gandhi. Y eso, sin duda tiene mucho de razón. Las heridas, sean físicas o emocionales, no se curan de la noche a la mañana, ni mucho menos las segundas se van como por arte de magia.

Eso lo deberíamos saber todos, porque –unos más, otros menos- todos hemos padecido en algún momento algún tipo de agresión. Sin embargo, en nuestro entorno cotidiano, a veces esas horribles experiencias se nos olvidan a menudo y, más aún, tendemos a ser victimarios, en menor o mayor medida.

Tal es el caso de casi la mitad de los jóvenes de entre 12 y 29 años que en sus hogares sufren algún grado de conflicto o pelea entre sus integrantes. Y, por supuesto, tal es el caso también del acoso escolar, robo, maltrato físico, amenazas, extorsión, bullying y hasta violencia sexual que, entre los jóvenes, se vuelven principales factores de riesgo asociados a la generación de “terrorismo” y delincuencia futura.

Y no, querido lector, no se trata de un lugar apartado del mundo. Se trata de datos de México que arroja la Encuesta de Cohesión Social para la Prevención de la Violencia y la Delincuencia (Ecopred), en la que Sonora ocupa uno de los primeros lugares – precisamente el cuarto-, en el que los jóvenes comienzan a consumir drogas a temprana edad.

Además, según la misma encuesta, al menos en 47 ciudades, 9 por ciento reportó tener amigos que habían ganado dinero tras participar en un grupo criminal, 8.9 participaron en actos de vandalismo 7.6 que se unieron a pandillas calificadas como violentas.

Así las cosas, los datos predicen que nosotros los adultos estamos criando (y creando) a los delincuentes del porvenir, sin temor a exagerar.

Cada día más, el sueño de cualquier niño o adolescente deja de ser el ser un profesionista destacado, desempeñarse en tal o cual labor, y es reemplazado por ganar dinero, tener lujos, poder asistir a infinidad de fiestas, ser el o la más popular.

Cada día menos podemos ver a un joven leyendo, ya no pido que lean un libro, sino que sólo lean algún texto electrónico en un portal. Y, sin embargo, los padres de familia tampoco los incitan a leer porque simple y sencillamente ellos tampoco lo hacen. Actualmente, tres de cada 10 padres leen y comentan algún libro con sus hijos.

Las reglas de la moral mal entendida, de la urbanidad que debe ser inquebrantable, se perdieron tan fácil como quien pone “ke” en vez de “que” en un mensajero instantáneo.

Todo va cambiando, hasta la manera de manifestarse violento, al extremo que a veces se entiende como una manera de expresión.

Ésos son los jóvenes de hoy en día. Los que no llegan a los 30 y ya son maleducados y no es que sea un defecto, es sobre todo una consecuencia.

Ya decía Jean Paul Sartré que la violencia se da siempre por una contra-violencia, es decir por una réplica a la violencia del otro, y después de eso nos envolvemos en un círculo vicioso donde no estamos propiciando gente propositiva para ese mundo tan hermoso que soñamos alguna vez; por el contrario, generamos más miseria y caos hasta el infinito.

Detengámonos un momento y desenterremos nuestros sueños crearlos a través de nuestros jóvenes.

 

*Karla Valenzuela es escritora y periodista. Es Licenciada en Letras Hispánicas y se ha especializado en Literatura Hispanoamericana. Actualmente, se dedica también a proyectos publicitarios.


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