Celuloide: Más humano que humano, Blade Runner
Por Jesús Ricardo Félix
Desde tiempos remotos el hombre ha buscado dejar huella de su paso en este mundo, trascender a través del arte, ciencia o tecnología. Pasamos del Prometeo encadenado intentando robar el fuego a los dioses al Frankenstein de Mary Shelley tratando de dar vida a un ser inanimado. Luego vino el Prometeo fílmico de Ridley Scott explorando el origen de la civilización en el 2012. El deseo de crear seres hechos a nuestra imagen y semejanza pareciera colocarnos en tareas propias de los dioses, pero como le ocurre a Prometeo, terminamos siendo castigados por nuestra osadía. Del mismo modo el poder convivir con un ser creado a nuestra semejanza nos resuelve el problema de la soledad, construir conexiones humanas profundas implica salir de nuestra zona de confort, decepcionarnos, equivocarnos, ser abandonados y además tener que volver a empezar todo de nuevo. El androide por el contrario ofrece una compañía fiel y desinteresada que permite al humano crear vínculos sin el problema de las emociones humanas complejas. Además cuando nos adentramos en este tipo de temas siempre se nos vienen a la mente las preguntas existenciales: ¿Qué es la conciencia? ¿Existe el alma? ¿Es la identidad un archivo en la memoria? Es por eso que en esta ocasión en la retro reseña hablaremos sobre Blade Runner.
Blade Runner es una película norteamericana dirigida por Ridley Scott en 1982. La historia se desarrolla en una distopica ciudad de Los Ángeles del año 2019. Rick Deckard es un Blade Runner jubilado, interpretado por Harrison Ford, su antigua ocupación implicaba eliminar o retirar replicantes. Su antiguo jefe lo presiona para que les ayude a eliminar a un grupo de replicantes que se han aprovechado el caos de la gran ciudad para infiltrarse en la sociedad.
La película fue criticada y mal recibida por la audiencia sin lograr grandes números en taquilla debido a que rompía los ritmos tradicionales de filmes de acción de la época. Con el soundtrack de Vangelis y con personajes como la misma ciudad de los Ángeles que nos transmiten una profunda soledad, el director buscaba narrar una historia diferente a lo establecido. Después el filme se fue revalorando hasta convertirse en una película de culto que con el paso del tiempo se ha convertido en un manual imprescindible dentro del género de ciencia ficción.
Hace algunos días la Cineteca anunciaba la exhibición de la película de culto Blade runner, el doctor Velázquez, amante de la ciencia ficción, nos invitaba a verla. Un cortometraje noruego o sueco con activistas enfocados en detener los niveles de contaminación por el uso de petróleo como combustible se nos atravesó en el camino. Fue divertido ver el comportamiento de la policía de primer mundo tratando de evacuar a los activistas que bloqueaban las calles o vías de un tren: “disculpe señor en unos minutos los tendremos que evacuar”.
Después de media hora o cuarenta minutos finalmente llegó el turno de Scott, la película nos mostraba a un joven Harrison Ford persiguiendo androides mimetizados con una sociedad caótica. La música de Vangelis aportaba a la atmósfera decadente y solitaria de un futuro distópico donde los androides parecen más humanos que los mismos humanos. El Elon Musk de la historia es un ser solitario que parece encontrar en los androides una especie de fuente de la juventud para perpetuar su memoria y resolver su soledad. De hecho los mismos replicantes comienzan a manifestar aspiraciones de alargar su existencia y negar que sus vidas están condenadas a un fin.
En su intento de eliminar replicantes el solitario Rick Deckard se va transformando, no es el mismo que inició la cacería de androides. En su interacción con el mundo artificial se ha ido convirtiendo en un personaje más cercano a los replicantes que a los mismos humanos. Al luchar contra ellos ha ido intentando responderse ¿Qué es lo que hace a un humano ser humano? Deckard no ha sido capaz de relacionarse con la especie humana y mientras ve al replicante como rival ha terminado siendo aleccionado por ellos en cuanto a sus preguntas acerca del amor y la muerte.
La película Blade Runner es definitivamente recomendable, sobre todo para los amantes de ciencia ficción dispuestos a ver una película con un ritmo lento, atmósfera solitaria y con pocas escenas de acción. Es una película que representa un viaje visual, en lo que respecta a nosotros habíamos olvidado tantas escenas que parecía que estábamos viendo una nueva versión. Al salir de la sala y buscar tu carro estacionado a lo lejos no puedes evitar preguntarte: ¿Qué nos está queriendo decir la película? ¿Ustedes que piensan?

