jueves, abril 18, 2024
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Tuercas y tornillos: Jeffrey Dahmer, ese hijo de la anomía en las sociedades actuales

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Dr. Mario Alberto Velázquez García | Academia Mexicana de Ciencias
Recientemente la plataforma Netflix estrenó en México la serie Dahmer: el monstruo. Una miniserie que relata la vida y las circunstancias que rodearon a uno de los asesinos seriales más conocidos en los Estados Unidos: Jeffrey Lionel Dahmer. Me han pedido que comente la serie, pero sino lo has visto mejor no leas este artículo, porque seguramente lo que viene estará lleno de adelantos (spoilers), aunque puede ser que ojeando este texto, tengas una guía de como ver la serie más allá de otro programa más sobre asesinos.

Al igual que a mucha gente, ver esta serie me resultó altamente angustiante. Era difícil poder ver más de un capítulo por vez. Así que me puse a pensar qué era lo que en mi caso causaba tanta zozobra, hasta que lo encontré: la serie refleja una de las peores pesadillas para un sociólogo: Dahmer es el producto perfecto de la anomía social.

El concepto de anomía, probablemente una de las contribuciones teóricas más importantes de la ciencia sociológica, fue acuñado por el sociólogo francés Émile Durkheim cuando estaba analizando las grandes ciudades que surgieron en Europa después del proceso de industrialización. En estos lugares, comenzó a llegar una enorme cantidad de personas, hombres y mujeres, provenientes de pequeñas zonas rurales buscando mejores condiciones de vida y libertad. Sin embargo, en las primeras décadas de este crecimiento de la producción industrial, los trabajos eran mal remunerados, todas las personas, incluidos niños, trabajaban largas jornadas extenuantes sin ningún derecho o prestación. En algunos casos eran forzados por las autoridades a trabajar en las fábricas. El vivir en calle o no tener trabajo era considerado un crimen (la vagancia) castigado con trabajo en condiciones parecidas a la esclavitud. Los bajos sueldos provocaban que la gente viviera hacinada en lugares insalubres, sin agua potable, calefacción o drenaje. Esto fue provocando un creciente número de personas que ya no estaban dispuestas a seguir reglas o convenciones sociales dado que seguirlas no les reportaba ninguna utilidad, este fenómeno es a lo que Durkheim denomina anomía: cuando una persona o sociedad deja de respetar a las autoridades y las normas que nos permiten convivir.

En las personas, la anomía genera un aumento en la criminalidad, conductas antisociales (aislamiento, prácticas consideradas por otro grupos como contrarias a la convivencia, como tirar basura en la calle, romper vidrios, etcétera), pero también puede tener consecuencias más graves: aumento en los homicidios pero también en los suicidios: para este autor, una de las principales causas de porque la gente se suicida es que están totalmente aisladas y sin ningún lazo social que le de sentido a su existencia.

La serie de Dahmer por su parte, no busca ilustrar el cómo este sujeto cometió sus crímenes sino responder a una pregunta: ¿Cómo fue posible que esto sucediera por tanto tiempo y en distintos lugares? Los capítulos van ofreciendo una respuesta en distintas dimensiones: la familia del asesino, la escuela a que asistió, los policías que lo detuvieron durante su vida y los lugares donde trabajó o salió a buscar a sus víctimas.

Las diferentes etapas de la vida de Dahmer tiene un factor en común: a nadie le importó realmente ésta persona; sus padres estaban más interesados en sí mismos que en sus hijos, la escuela donde asistió nunca hizo un real esfuerzo por ayudar a un estudiante que sabían problemático, los policías que cruzó en su camino decidieron dejarlo probablemente por el color de su piel y los trabajos donde constantemente fue despedido no tenían interés más que en si su empleado cumplía o no su jornada laboral. Esto no busca exculparlo, sino por el contrario, entender cómo alguien con serios problemas pudo seguir la vida sin prender las alarmas en el resto de la sociedad.

La imagen que esta serie nos pinta de la sociedad norteamericana es la perfecta anomía: ciudades donde nadie está interesado en los demás, donde la gente puede violar las reglas sociales siempre y cuando las haga en la privacidad de su hogar y donde existen grupos sociales que son claramente discriminados por las autoridades; Dahmer pudo vivir tantos años cometiendo delitos porque vivía en un barrio negro donde la policía no estaba interesada en investigar o ayudar a las personas, porque él era blanco y porque la desaparición de personas gay de origen latino o afroamericano no tenía importancia. Es decir, la serie no es el retrato de una persona, sino de una sociedad enferma, sin normas ni interés en los demás: la anomía perfecta de la que hablo Durkheim.

Separador - La Chicharra

MARIO ALBERTO VELÁZQUEZ GARCÍA
Profesor- Investigador de El Colegio de Sonora
Miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) nivel 1. Miembro de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC). Doctorado en Ciencias Sociales con Especialidad en Sociología, El Colegio de México. Maestría en Ciencias Sociales con Especialidad en Desarrollo Municipal en El Colegio Mexiquense. Licenciatura en Sociología, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Director de la Revista: “Revista Científica de Estudios Urbano Regionales Hatsö-Hnini”, www.revistahatsohnini.com.mx.

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