Celuloide: Westworld
Por Jesús Ricardo Félix
El nombre de Michael Crichton está asociado a películas como Parque jurásico, Twister, Disclosure, entre otras. Pero no solo fue un reconocido escritor además dirigió y produjo algunas series como ER Sala de emergencias. Sin dejar de lado su formación profesional como médico sus historias más exitosas giran en torno a la ciencia y la tecnología pero al mismo tiempo y sin querer queriendo al estudio del comportamiento humano. Algunas de sus principales influencias reconocidas por el mismo fueron Arthur Conan Doyle, Mark Twain y Alfred Hitchcock. Tomando en cuenta los personajes que se incluyen en la lista es normal que nutra sus guiones bajo atmósferas de suspenso con explicaciones científicas que rayan en la ficción mientras va tejiendo el hilo narrativo. Es por eso que en esta ocasión hablaremos de la serie Westworld del 2016 basada en su propia obra llevada al cine en 1973.
Westworld es una historia de ciencia ficción con aire distópico que guarda algunas similitudes con Parque jurásico, más adelante trataré de aclarar por qué lo pienso. Entre los productores sobresalen nombres como el de J. J. Abrams o Jonathan Nolan (hermano del director Christopher Nolan). La trama gira en torno a un parque de diversiones futurista controlado por un corporativo llamado Delos. Los turistas de clase acomodada tienen acceso a este mundo ficticio, casi como un viaje al pasado donde pueden experimentar la vida en el viejo oeste. En la película del 73 también se incluían las temáticas de la edad media y el imperio romano. Los anfitriones son androides programados con una personalidad particular cuyo objetivo es satisfacer las necesidades más básicas de los clientes.
Los anfitriones comienzan a presentar algunas fallas o modificar su programación, no sabemos si provocadas por alguna falla tecnológica o la intromisión de un hacker.
Si recordamos la primer ley de la robótica de Asimov está nos dice que “un robot no hará daño a un ser humano”, en Westworld la especie humana no solo está expuesta al daño sino es ubicada bajo el foco del análisis mostrando su naturaleza egoísta, arrogante, sádica. En las respuestas de algunos asesinos seriales estos afirmaban que al atacar una víctima experimentaban una sensación de poder única que se veían en la necesidad de repetir. A fines del siglo XIX el británico Lord Acton dijo “El poder corrompe” en el mundo de las ciencias sociales se ha buscado dar respuesta a estas interrogantes. El psicólogo Philip Zimbardo dirigió algunos experimentos donde pretendía analizar el comportamiento humano en contextos donde se le otorgaba cierto poder o autoridad, el experimento de la cárcel de Stanford es uno de los más conocidos y sus resultados no son muy optimistas respecto a nuestra naturaleza.
Cierre con spoilers
Al inicio mencione que Parque jurásico y Westworld guardaban ciertas similitudes y es que ambos son parques de diversión creados por el hombre para satisfacer sus necesidades y crear vida como jugando a ser dios. El ego del hombre se ciega al punto de no percibir la amenaza que representa su Frankenstein para la vida misma. Los dinosauros demuestran más inteligencia y capacidad de adaptación de la que calculaban sus creadores al igual que los androides quienes se cansan de la arrogancia de la especie humana.
Definitivamente recomendable, los turistas buscan explorar nuevos mundos, sin la barrera de las leyes o el límite que impone la moral religiosa de su sociedad original. En el viejo oeste se vive bajo la premisa darwinista de la ley del más fuerte o el más rápido para disparar. Los androides comienzan a generar una clase de conciencia sobre su propia existencia y paso seguido buscan emanciparse del verdugo que los oprime como esclavos. Hay grandes actuaciones como la de Ed Harris, Evan Rachel Wood y Anthony Hopkins como uno de los socios fundadores. Al final uno se llega a hacer la pregunta ¿es verdad que estas sociedades artificiales corrompen al hombre o será que lo desnudan hasta mostrar su verdadera esencia?
