Tuercas y tornillos: Tenemos que hablar, de nuevo, sobre el imperialismo

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Dr. Mario Alberto Velázquez García | Academia Mexicana de Ciencias
El extraordinario libro coordinado por Lorraine Daston, La biografía de los objetos científicos, nos muestra el cómo en las distintas ramas de las ciencias sociales, naturales y humanidades han existido temas de estudio que han dejado de ser de interés para los investigadores y la sociedad en general. Por ejemplo, la melancolía, fue considerada durante el siglo XVIII una enfermedad mental de aquellos que extrañaban su hogar o lugar de origen. Entre estos temas que han desaparecido del interés general está el imperialismo.

Mi argumento central es que ahora es el momento de colocar el tema del imperialismo como un objeto central de interés para los investigadores de las ciencias sociales y humanidades, particularmente los que estudian las “sociedades en desarrollo” o el ahora llamado “gran sur”. A continuación, darme mis razones del porque sostengo esto.

Primero, el imperialismo puede ser entendido como las acciones de un país por lograr el control de los recursos económicos, políticos y culturales de territorios fuera de los propios límites. Este control de un estado sobre otros, toma distintas características y formas, pero finalmente, tiene como objetivo lograr un beneficio económico en el corto, mediano y largo plazo a favor de un conjunto de empresas o funcionarios que constituyen la elite del propio estado imperial.

Una de las preocupaciones, que comparto, es que cuando se habla de imperialismo existe la constante tentación a las teorías circulares o las grandes tramas conspirativas. En Cuba un chiste común es que le puedes poner la culpa a los gringos si te deja tu novia o no alcanzas a llegar al trabajo. El imperialismo, es en algunas posiciones, una postura tan poco clara y general que puede explicar todo y nada. Es necesario una conceptualización clara y específica sobre cuáles son los mecanismos por medio de los que funciona esta forma de ejercicio de poder. Un ejemplo interesante al respecto son los trabajos de Edward Said, Orientalismo y Cultura e imperialismo. Regresando al argumento ¿Por qué es necesario hablar del imperialismo en estos tiempos? Algunos ejemplos mostrarán su actualidad.

La capacidad militar es una de las características principales de un imperio. Esta potencia de fuego rebasa por mucho las necesidades de defensa del propio territorio y busca generar un control sobre otros territorios o inhibir los posibles intentos de otros países por atacarlos. Estados Unidos de América (EUA) tiene más de 1,000 bases militares alrededor de todo el mundo. Esta fuerza militar le permite seguir siendo el mayor ejercito del mundo y con una capacidad de respuesta global para cualquier ataque a lo que ellos consideran “sus intereses”.

Esto último, “los intereses” es uno de los principales objetivos del imperio, conseguir que sus compañías y productos logren operar y expandirse a nivel mundial. Las distintas invasiones militares siempre son seguidas por el control de materias primas o sectores económicos por parte de las empresas provenientes, asociadas o beneficiadas por el país imperial. Este control no queda únicamente en lo material o económico, todo lo contrario, los imperios generan una narrativa que les permite justificar su actuación; desde la colonización de América a fin de llevar la “civilización” y “verdadera religión” a los habitantes de esta área, hasta las intervenciones “humanitarias” o para restablecer la “democracia”. Como mostraron los trabajos de Edward Said, los imperios insertan en las palabras y las culturas de los pueblos dominados la idea de inferioridad, desorden, irracionalidad, de poca capacidad frente a la “razón”, orden y superioridad de las culturas y las personas de los países dominantes. La diferencia de medir las distintas culturas se ha mostrado con toda claridad en los actuales descubrimientos en Canadá, donde se exhibió que miles de hijos de indígenas fueron sistemáticamente muertos y desaparecidos en hospicios y escuelas bajo el control de la iglesia cristiana y la supervisión del estado. Estas revelaciones, de haber sucedido en cualquier país más al sur del continente, hubieran sido catalogadas inmediatamente como lo que son, un genocidio y una prueba de la barbarie, la corrupción y la presencia de un “estado fallido”. El escándalo, toca distinto a un país de los llamados “desarrollados”.

Los imperios, en este caso el norteamericano, catalogan a los otros estados en dos grupos: “amigos”, colaboradores (de alguna forma subordinados) y enemigos. Aquellos que se encuentran en la segunda categoría, son objeto de un conjunto de medidas que buscan terminar con los regímenes políticos que consideran adversos. Estas disposiciones van desde el apoyo económico a grupos que cuestionan a las autoridades locales, pero también otras más agresivas como el bloqueo económico y político, hasta las extremas como la invasión o el apoyo a grupos militares. Un ejemplo muy claro sobre la presencia del imperialismo en nuestro contiene, son las acciones de EUA contra Cuba.

El bloqueo económico y político de los EUA a la isla caribeña lleva más de 50 años en operación, lo que ha generado diversos problemas tanto a la economía, como la sociedad cubana en general. En la ONU se han producido 28 votaciones en contra al bloqueo norteamericano a Cuba. El imperio norteamericano, sin importar si lo dirigen gobiernos de derecha o de izquierda, ha decidido unilateralmente continuar con estas acciones. La actual ola de protestas en la isla, debe ser entendida como una consecuencia de las medidas legales y extralegales llevadas a cabo por EUA contra el gobierno comunista de Cuba. Las protestas no sólo son una legítima acción de la gente contra sus carencias, sino la actividad desarrollada por organizaciones de cubanos que viven en Miami y de grupos con financiamiento de organizaciones civiles norteamericanas.

Sin embargo, Cuba no es el único país que vive bajo la presión de las compañías o la política norteamericana. En todo el continente americano, los gobiernos, las empresas, la cultura y la sociedad reciben formas de presión o control, que buscan privilegiar los intereses de la gran potencia del continente: los Estados Unidos de América. Es fundamental que retomemos los estudios sobre el imperialismo, no con un afán de venganza, sino como un camino necesario para entender quiénes somos y que lugar ocupamos en el mundo actual.

Separador - La Chicharra

MARIO ALBERTO VELÁZQUEZ GARCÍA
Profesor- Investigador de El Colegio del Estado de Hidalgo.
Miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) nivel 1. Miembro de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC). Doctorado en Ciencias Sociales con Especialidad en Sociología, El Colegio de México. Maestría en Ciencias Sociales con Especialidad en Desarrollo Municipal en El Colegio Mexiquense. Licenciatura en Sociología, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Director de la Revista: “Revista Científica de Estudios Urbano Regionales Hatsö-Hnini”, www.revistahatsohnini.com.mx.

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