Basura celeste: Boleros como marca de estilo

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Por Ricardo Solís
Publicada por vez primera en 1991, la novela La última noche que pasé contigo (Tusquets, 2014), de la cubana Mayra Montero (La Habana, 1952), se ha editado varias veces más y no sería raro que su éxito de ventas se deba en buena medida a que salió a la luz tras aparecer como finalista del certamen literario ‘La sonrisa vertical’ que, como se sabe, premia a libros de contenido erótico, pero basta con leerla para darse cuenta que se trata de una historia que rebasa esa categoría para mostrar un universo complejo y muy bien armado con inteligencia y pasión.

Un matrimonio de edad madura –Celia y Fernando– protagoniza el vasto relato donde ambos toman la voz para desenvolver la trama, aunque de cuando en cuando se entreteje con ellas una serie de cartas que, en un principio, no se tiene idea de su relación con el resto de las acciones, salvo la música; así, la pareja ha pasado una vida juntos marcada por el ritmo de los boleros, los cuales se mezclan con sus pasiones y marcan el sentido coyuntural de la narración, donde lo sugerente se fusiona con los secretos, los laberintos sexuales y un lenguaje que no evade del todo la procacidad para ofrecer momentos de humor.




En estos términos, cuando la única hija de ambos celebra su boda, deciden tomar un crucero para pasar unas vacaciones juntos, como en mucho tiempo no han tenido; con todo, el marido no comparte el entusiasmo de su mujer que, asimismo, no debe su excitación a su pareja. Todo se enreda por la serie de suspicacias que despiertan en Fernando momentos de separación que tuvieron en el pasado y la evocación del secreto que Celia conserva de aquellos días (lo que solamente conocerá el lector, por fortuna).

Durante ese viaje por el Caribe, conocen a un personaje que también se reserva un secreto que ambos pretenden dilucidar, a pesar de que la única certeza es que miente; al final, queda al descubierto –sólo para el lector– un impensable y sorpresivo pasado común, porque la pasión puede poner al descubierto motivaciones personales e historias que no se dicen pero, también, nos coloca ante la evidencia de la verdadera cualidad de cada personaje.




Ya lo anterior bastaría para que La última noche que pasé contigo atrajera a más lectores de los que ya tiene; sin embargo, el rasgo que impresiona más es la astucia constructiva que la caracteriza. Los boleros, desde el título, marcan la pauta de su división capitular pero igual lo hacen con aquellos instantes en los que estos personajes exploran sus emociones a través del recuerdo; por ello, las letras de diversas canciones están inmersas en la narración, por encima del trópico con su mar, su clima y sus paisajes.

En este libro, el amante de los boleros hallará un nivel de intensidad que le permitirá acendrar su gusto por este género musical (incluso elaborar un nuevo playlist vital donde no falten Pedro Vargas, Toña La Negra y Lucho Gatica, que en estas páginas juegan un rol esencial) y, tal vez, reconciliar lo que piense de las novelas eróticas que no tienen por qué resultar decepcionantes para quienes tengan un perfil de lector quisquilloso. De cualquier forma, búsquela y verá que, aunque pise algún callo emocional, por lo menos es divertida.




 

Ricardo Solís (Navojoa, Sonora, 1970). Realizó estudios de Derecho y Literaturas Hispánicas en la Universidad de Sonora. Ha colaborado en distintos medios locales y nacionales. Ganador de diferentes premios nacionales de poesía y autor de algunos poemarios. Fue reportero de la sección Cultura para La Jornada Jalisco y El Informador. Actualmente trabaja para el gobierno municipal de Zapopan.


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