viernes, abril 19, 2024
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Espejo desenterrado: Sólo hay que prestar oídos…

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Por Karla Valenzuela
¿Se imagina usted una película sin música en estos días? ¿recuerda alguna?.. seguramente no. Y es que, definitivamente, la sonorización de un filme, cualquiera que sea su temática, es un elemento trascendente de la narración.

Es la música -y el manejo de la edición de sonido- el que le otorga un sentido directo a la película.

“La música debe suplantar lo que los actores no alcanzan a decir, puede dar a entender sus sentimientos, y debe aportar lo que las palabras no son capaces de expresar”, dijo alguna vez Bernard Herrmann, el compositor norteamericano, célebre por trabajar en filmes de Alfred Hitchcock y Orson Wells.

Y es que, incluso, la música estuvo presente en las películas mucho antes que los efectos de sonido e, incluso, de los diálogos, aunque fuera de manera externa, como en el caso del cine mudo, donde un pianista, externo a la obra cinematográfica, musicalizaba fervientemente el rato a los espectadores.

Sin embargo, normalmente, cuando vemos alguna película, pocos reparamos en la relevancia de la elección musical, así como tampoco nos fijamos en la edición de sonido. Es más, pocas veces el espectador habitual presta su atención a la fotografía, y sólo se centra en la historia, cuando lo cierto es que ésta -la historia- fuera quizás muy distinta sin una fotografía adecuada y más aún sin una precisa selección musical.

Imaginemos, como ejemplo, “La guerra de las galaxias” sin recordar inevitablemente la música. Rememoremos “Psicosis” sin el tremendo ambiente de fatalidad que otorga la música, o “Trainspotting” sin esa acertado soundtrack que, le da celeridad y diversión a la obra de Danny Boyle.

De hecho, a lo largo de la historia de los premios Oscar, me atrevo a asegurar -sin temor alguno- muchos galardones se han otorgado gracias a la solemnidad, fuerza y consistencia que le ha dado la música a las historias cinematográficas.

Y así, no es para nada extraño que conciertos como el organizado por el Instituto Sonorense de Cultura, donde la Orquesta Filarmónica de Sonora hace un gran trabajo en la ejecución de música de cine, sea no sólo divertido, sino requerido, solicitado arduamente -una y otra vez- por los hermosillenses.

Ésta es, sin duda, una buena forma de acercarnos al arte, abrir los ojos y alistar los oídos para recibir todo lo bueno que las manifestaciones artísticas pueden otorgarnos.

Este fin de semana haga el intento y trate de ver un fragmento de una película sin sonido, y luego trate de poner otro música mientras ve un filme cualquiera. Verá que hasta el significado del filme puede cambiar.

Reconectemos pues nuestros sentidos y estemos atentos. Así como lo de la Orquesta Filarmónica hay muchas otras cosas que pueden hacernos felices y que ahí están, sólo esperando observadores, verdaderos fanáticos del arte.

 

*Karla Valenzuela es escritora y periodista. Es Licenciada en Letras Hispánicas y se ha especializado en Literatura Hispanoamericana. Actualmente, se dedica también a proyectos publicitarios.


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