Espejo desenterrado: Es amor (a la música) lo que me obliga a decirlo
Por Karla Valenzuela
Yo no conocí a Tito Portal; desafortunadamente, supe de la influencia que ejerció – y ejerce – en mucha gente una vez que falleció. Sin embargo, gracias al cielo, dejó su música y su capacidad creativa que lo hacen inmortal.
A través de su música sobrevive su historia, su manera de ver del mundo, su forma de rebelarse contra lo que no le parecía correcto pero – debo decirlo – por medio de sus canciones influyó también positivamente en toda una generación de gente, no sólo cercana al rap, sino también a toda una generación que quería expresarse y no sabía cómo.
Alberto Portillo Alvarado, alias “Eypa Penta” o “Tito Portal”, perteneció a los grupos Kafé con Leshe, Atake FDD y Toque y Tono, pero su nombre era famoso en vida por sí solo.
De un carisma sin igual, el cantante originario de Cananea logró que el rap – y el hip hop – se reconocieran en Sonora como algo propio, como una manera de expresión urbana que muy poco tenía qué ver con el rap norteamericano, y sí mucho con la forma de manifestarse en estas tierras, con un léxico muy cercano a la gente, pero también con una composición y un léxico que deja apreciar la destreza creativa del rapero.
Sin demasiada producción, con el apoyo de sus seguidores, Tito Portal logró ser una celebridad entre propios y extraños hasta convertirse, como dice la canción en un “Fenómeno”.
Por alguna de esas cuestiones que luego uno no entiende fácilmente, Tito Portal estuvo varios meses postrado en cama, en un hospital de Hermosillo. Murió pero dejó ahora una buena causa. “Es amor lo que me obliga” era una de las frases del cantante y es así como se llama un festival que rinde tributo a su memoria a través de diferentes manifestaciones musicales. Lo que se recaude en donaciones será para ayudar a la gente que vive obligadamente en albergues y hospitales públicos de Hermosillo, llegando hasta Bahía Kino.
La cita para recordar a Tito Portal, que dijo adiós el 28 de julio de 2014, es en la Plaza Alonso Vidal, en punto de las 17:00 horas. Ahí, habrá de todo tipo de música; todos – o casi todos – compartieron alguna vez escenario con Eypa Penta y esta vez volverán a hacerlo a través de la fuerza del recuerdo.
Lo dije ya, yo no conocí a Tito Portal de manera cercana, aunque sí conozco a algunos de los músicos que tocaron con él y reconozco su trabajo y lo alabo. Debo decir que Tito hubiera llegado muy lejos, más de lo que él hubiera pensado, porque su obra es sencilla, nada pretenciosa, pero sí certera para llegar al público y solamente un tanto elaborada cuando era particularmente inminente.
Luego de escucharlo, sólo me resta decir, parafraseándolo, ¡salud para mi tierra!
*Karla Valenzuela es escritora y periodista. Es Licenciada en Letras Hispánicas y se ha especializado en Literatura Hispanoamericana. Actualmente, se dedica también a proyectos publicitarios.