Tono y son: Consuelo Velázquez
Por: Jesús M. Corona M.
En esta oportunidad deseo dirigirme a usted, apreciable lector, para platicarle un poco acerca de la vida y obra de una extraordinaria compositora que vivió una época difícil para la mujer, porque era objeto de discriminación y marginación de muchas actividades y oficios considerados exclusivamente para el hombre (basta recordar que fue hasta los primeros años de la década de los 50’s del pasado siglo, cuando se le otorgó el derecho al voto). Sin embargo a pesar de este entorno tan desfavorable, Consuelo Velázquez no titubeó en absoluto para dedicarse en cuerpo y alma a una actividad ejercida mayoritariamente por los hombres y en la cual pocos lograban destacar debido a la competencia tan encarnizada que se daba en virtud de las escasas oportunidades que existían para trabajar en proyectos que valieran la pena.
Consuelo Velázquez Torres vio la luz por primera vez en Ciudad Guzmán (Zapotlán el Grande, Jal.) en 21 de agosto de 1916 y desde muy pequeña comenzó a mostrar su talento innato, porque con apenas 4 años de edad y con la circunstancia de haber recibido de parte de un tío suyo el obsequio de un pequeño piano, muy pronto y con mucha facilidad empezó a tocar melodías familiares para ella, entre las que estaba el himno nacional, cantando con la anuencia de su padre, de quien recibió un apoyo incondicional para empezar a darle rienda suelta a su talento musical. Su padre, a pesar de ser soldado, tenía alma de poeta y alentó esa vocación incipiente inscribiéndola en la Academia de Música Serratos, de Guadalajara, cuando apenas tenía 6 años cumplidos, siendo tanto el entusiasmo y empeño mostrados por la niña genio que, al comenzar la secundaria ya se había convertido en una pianista extraordinaria.
La muerte de su padre dejó a su madre a cargo de cinco hijos y, en cierta forma, aceleró la carrera de Consuelito y para ello se traslado a la Ciudad de México, donde se inscribió en la escuela del Palacio de Bellas Artes que en ese tiempo tenía el mejor conservatorio de música del país y ahí se licenció en 1938 como pianista concertista y maestra de música, con un concierto que fue aplaudido por los más reconocidos maestros de la época, constituidos en jurado calificador. Como concertista fue solista de la Orquesta Sinfónica Nacional y de la Filarmónica de la UNAM.
Consuelito Velázquez era una pianista extraordinaria e interpretaba a los clásicos con total dominio y maestría de teclado blanco y negro. Sin embargo, prácticamente desde que empezó su formación profesional en la técnica musical, paralelamente en ella internamente se estaba desarrollando y creciendo su faceta de compositora, y cuando apenas contaba con 16 años de edad compuso una canción que al paso de los años se convertiría en un éxito mundial, me refiero a “Bésame mucho”. El detalle curioso lo constituye el hecho de que a esa edad, Consuelito no había recibido ni un solo beso de amor.
La naciente emisora de radio XEQ, que habría de ser la más popular de México, la contrató para un programa de música clásica. Consuelito interpretaba media hora de melodías tras ser presentada por el locutor como “Un prestigioso músico europeo” de complicado apellido polaco.
Enamorado de la bella y joven pianista, el director de programación de la emisora, Mariano Rivera, le permitió ir introduciendo algunas de sus propias canciones, cuya autoría achacaba la compositora a una amiga imaginaria, porque no estaba bien visto que una concertista cayera en la frivolidad del bolero, que entonces desataba el sentimiento popular entre Cuba y México.
No obstante, las cartas de los oyentes mostraron pronto que preferían escuchar las notas que revelaban las angustias del último beso o los desvelos del amado, que las piezas de Bach, Debussy y Saint Saens o Ravel que interpretaba la oculta pianista. Mariano Rivera le pidió entonces “por una cuestión de derechos de autor” que le revelara el nombre de la amiga talentosa. La compositora salió a la luz, en momentos en que se multiplicaban las canciones al calor de un enorme aparato de radio que traía las noticias de la II guerra mundial, la estrella del momento Emilio Tuero grabó “Bésame mucho” en 1941.
Emilio Tuero – Bésame mucho
Andy Rusell (que se decía era méxico-americano y su nombre realmente era el de Andrés Rosales) la grabó 3 años más tarde, cuando medio planeta se hallaba inmerso en la guerra y la canción se extendió como un himno por todos los confines de la tierra. La grabó igualmente Nat King Cole en inglés (cuando este no consideraba en absoluto grabar en español). De ahí en lo sucesivo fue interpretada por ciertos de artistas alrededor del mundo, como The Beatles, Xavier Cugat, The Ventures, Sammy Davis Jr., Plácido Domingo, Vera Lynn, Sara Montiel, José carreras, Frank Sinatra, Andrea Boccelli, Diana Krall, Fillipa Giordano, Zoé, Ray Coniff, Luis Mariano (quien la popularizó en francia), obviamente fue grabada por cantantes mexicanos reconocidos como: Pedro Infante, Javier Solís, Luis Miguel, Thalía y muchos otros más.
The Beatles
“Bésame mucho” es conocida también como Kiss Me Much, kiss Me a Lot, Kiss Me Again and Again, Embrasse-Moi y Stale Ma Boskavaj. Canción traducida a mas de 20 idiomas, llegó a ser icono dentro de la música popular. Su gran acierto en E.U. fue la contextualización de la canción hacia las mujeres que esperaban a sus maridos en la II guerra mundial.
Guadalupe Pineda – Embrasse-moi
La canción permaneció tres meses en el primer lugar de las listas de exitos en E.U. y su autora se convirtió de repente en una celebridad y pudo instalarse en el Olimpo de los compositores románticos con solo 25 años y aún cuando quien sabe si Mariano Rivera la había besado.
Frank Sinatra
Era la época en que la industria cinematográfica estadunidense se fijaba en mexicanos como María Félix, Dolores del Río o Katy Jurado para los papeles clásicos de mujer latina, por lo que su compañía discográfica invitó a viajar a Hollywood a la guapa y fotogénica compositora. En E.U. su canción sonaba a todas horas y en todas partes. Todos querían verla a lo largo de Sunset Boulevard y Esther Williams, Rita Hayworth, Orson Wells, Errol Flynn, Clark Gable y otros actores consagrados corrieron a fotografiarse con ella. Acompañada de su madre Consuelo comió con Walt Disney, que interrumpió un rodaje para hacerle unas pruebas de las que salió airosa, cuando el contrato ya estaba listo, la pianista le agradeció su atención, pero dijo que prefería volver a México y casarse. Prefirió el amor y volver con los suyos y renunció a una carrera con mayor proyección y difusión a nivel mundial, queda la duda de ¿hasta dónde hubiera llegado? La sorpresa que debe haberse llevado Disney de que una mexicana lo hubiera desairado… bravo por Consuelito, que antepuso los sentimientos al falso oropel de Hollywood.
De regreso a México, se casó a los 28 años, tras 6 años de noviazgo con Mariano Rivera con quien procreó 2 hijos: Mariano y Sergio. Años después su hijo Sergio recordaría que en vez de ser “el típico mexicano posesivo” que no deja que la mujer se desarrolle y a pesar de ser de Sinaloa, es decir norteño y macho, su padre la dejó hacer lo que quiso e incluso la admiró hasta la muerte. Mariano falleció en 1977 a los 62 años.
Tuvo una breve incursión en la política y llegó a formar parte de la Cámara de Diputados del Congreso de la unión, durante el periodo 1979 a 1982. Además de que su apasionada lucha en defensa de los derechos de autor la llevó a ocupar la presidencia de la Asociación de Autores y Compositores de México, y la vicepresidencia de la organización mundial del gremio. Desde este puesto, nunca antes ocupado por una mujer, emprendió una intensa lucha en contra de la piratería.
Fue ganadora del Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Artes y Tradiciones Populares en 1989. Antes en 1977 había recibido la medalla de la paz de las Naciones Unidas, junto con su colega Ramón Inclán y el periodista y cantante Wilbert Alonzo Cabrera.
La Opera de Frankfurt la invitó en 1984 a un concierto especial en la que tocó “Bésame mucho” con arreglos suyos para la sinfónica que la acompañó. Un año después, la Broadcast Music Incorporated de E.U. le otorgó un reconocimiento para celebrar que el bolero superaba los dos millones de transmisiones de radio y TV. El primer ministro japonés Toshiki Kaifu y su esposa le confesaron durante un concierto que, como tantas otras parejas se enamoraron con su canción y diversas cadenas de TV calificaron a esta como “La canción del siglo”.
Ailee – Bésame Mucho
Sin embargo, también tuvo éxitos con otras composiciones como: “Verdad amarga” cantada por Pablo Milanés, la canción “Cachito” compuesta para su hijo Sergio mientras lo tenía sentado en su regazo, y fue un éxito en Italia y España, “Que seas feliz” fue popular con Los Tres Ases, Lucho Gatica y Luis Miguel, y Pedro Infante convirtió en éxito la canción “Yo no fui”, que posteriormente retomó Pedro Fernández y que volvió a popularizar para las nuevas generaciones, siendo una canción que aun incluyen en su repertorio muchos conjuntos de mariachi.
Nat King Cole – Cachito
Otras mas como No me pidas nunca, Déjame quererte, Te espero, Amar y vivir, Pasional, Volverás a mi, Orgullosa y bonita, Bacia mi tanto, etc.
Los Tecolines – Amar y vivir
Una caída en la escalera de su casa la llevó a pasar sus dos últimos meses en el hospital. A sus 88 años encendía diariamente el televisor desde la cama para escuchar como la cadena Televisa empezaba cada capitulo de la novela “Apuesta por un amor” con su canción “Que seas feliz”.
Una infección y un colapso pulmonar acabaron con su vida el 22 de enero de 2005, su cuerpo fue trasladado al Palacio de Bellas Artes en medio de una importante manifestación de artistas y pueblo en general y sus cenizas depositadas en la iglesia de Santo Tomás Moro, a donde asistía a misa cada domingo. Descanse en paz.
Pedro Infante – Yo no fui
* L.A.E. Jesús Manuel Corona Martínez. Colaborador