Arely Zamora: una artista del desierto

17 febrero, 2016 Editorial

Con una maestría en Artes Visuales y un sinfín de diplomados y estudios en su trayectoria, la joven creadora acaba de resultar becaria del FECAS. Hoy nos presenta su proyecto.

Por Karla Valenzuela
Con el proyecto “Identidades extremófilas: 12 espejismos en el desierto”, la artista visual Arely Zamora Ruiz resultó seleccionada este año como becaria del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Sonora.

Con él, a decir de la creadora sonorense, se trata de explorar de una manera diferente el paisaje del desierto.

“Aunque el proyecto contempla la realización de una serie de pinturas, me gustaría explorar con diferentes técnicas, hacer mixed media, y si en algún momento se puede experimentar con otros métodos para complementar el proyecto pues vería la manera de poder introducirlo en este proyecto”, explica.

Diplomada en Arte-terapia “Escuela y comunidad” y con Maestría en Artes Visuales, Arely siempre se ha caracterizado por innovar, por crear de acuerdo al espacio y tiempo que vive y, por supuesto, la influye. Ésta vez no será la excepción.

“Con una visión diferente me refiero a que las cosas que más podemos encontrar en este entorno es la luz, el calor, los parajes extensos, todo eso es lo que conforma nuestro paisaje cotidiano, la mayor parte del tiempo no nos damos cuenta de los pequeños detalles que suceden en nuestro imaginario colectivo por el simple hecho de ya estar habituados a vivir en este entorno, por ejemplo, el salir a la calle e inmediatamente utilizar la mano para cubrirnos de la saturación de luz, el quedar brevemente cegados por el reflejo del pavimento, las deformaciones ópticas causadas por el calor en el pavimento, y otras tantas cosas que se observan (o más bien, dejamos de observar) cuando nos alejamos de las luces de las ciudades y poblados, son cosas que no son apreciables en muchas partes, no digamos del mundo, sino del país primeramente”, expresa.

Identidad sonorense

Pero el proyecto que desde ahora emprenderá y hará realidad no es de ahora. Es algo que ya tenía en la mente Arely desde que estaba en la capital del país. Apenas el año pasado regreso a su natal Sonora y todo indica que incidirá de manera trascendente en la forma de hacer arte en este territorio.

“Cuando me fui a la Ciudad de México a estudiar la Maestría en Artes Visuales, cuando hablaba con mis compañeros, me daba cuenta de que aunque fuéramos casi de la misma generación, tuviéramos más o menos el mismo tipo de intereses, educación, trayectoria, etc. Veía que se abría una brecha cuando platicaba acerca del territorio desierto, de que mis concepciones de palabras muy sencillas como vacío, baldío, grande, luz, sombra o la de mayor peso “calor” eran muy diferentes a las que ellos relacionaban al escucharlas o interpretarlas; durante esos dos años y medio que estuve fuera de Sonora, me di cuenta de que realmente había una diferencia en la identidad que se va conformando cuando convives con estos elementos como la temperatura, por ejemplo, a diario, se vuelven parte de nosotros y empecé a valorar estos aspectos que conjugados todos como lo están en el desierto de Sonora no se encuentran en otros lugares del planeta, por lo que me parece muy rico explorarlos de esta manera, integrarlos a mi obra y a mi discurso se volvió una prioridad personal”, refiere Arely sobre el origen de este proyecto.

“Considero que lo más importante del proyecto, no es tanto la obra que presentaré al final, sino el trabajo que se empezará a realizar a partir del mes de abril, ya que saldré a varios municipios y comunidades del estado para realizar charlas y talleres con los adolescentes del estado, donde platicaremos acerca del paisaje, de lo que conlleva ser habitantes de un desierto, de las diferencias que, sin saberlo, tenemos si platicamos de nuestras experiencias cotidianas con personas que nunca han visitado un lugar como este”, asegura.

Y es que, según explica la misma artista, trabajará con ellos utilizando recursos artísticos y a la vez terapéuticos, como lo son la pintura y el dibujo para ir acercándose y conectándose con la identidad desértica, la identidad de un ser que nace, vive y se desarrolla en un entorno saturado de luz y de calor.

“Principalmente, espero también poder lograr que se haga una pequeña muestra con los trabajos que resulten de estos talleres-charlas para que los jóvenes expongan sus logros, por el momento tengo contemplado ir a Guaymas, Caborca, San Felipe de Jesús, Punta Chueca, está en pláticas poder visitar Banámichi y Obregón, por supuesto Hermosillo está contemplado ya que en un primer momento la obra final se expondrá aquí, espero también poder llevarla a otros municipios, principalmente a dónde lleve los talleres, y si otros lugares se pueden ir sumando, pues sería lo mejor, para poder hacer una recopilación de la visión con la que nos identificamos los residentes de este estado”, asevera.

Y así, desde el martes pasado comenzó oficialmente su compromiso con el FECAS y con el Instituto Sonorense de Cultura, pero –sobre todo- con esta sociedad de la que Arely se enorgullece, con esta tierra que tantas ideas creativas le ha dado y que ahora la abraza calurosamente.