La perinola: ¡Ya no hay héroes!
Por: Álex Ramírez-Arballo
Debo confesar que cuando vi la foto en Facebook pensé que se trataba de un montaje, de uno de esos artículos satíricos que van y vienen por ahí y en los que siguen cayendo algunos incautos. Al empezar a leer me di cuenta de inmediato, por la fuente (el New York Times), que la cosa era cierta: Sean Penn había entrevistado a el Chapo Guzmán en algún remoto lugar de Sinaloa. El resto lo sabemos, o creemos que lo sabemos todos.
A mí me sigue intrigando dolorosamente algo: la fascinación que una figura tan repugnante como la de un asesino genera entre miles y miles de personas. Hace poco, el semestre pasado, les pasé a mis estudiantes un documental sobre la violencia en Cd. Juárez que se llama Narcocultura; en los comentarios que los muchachos debieron escribir, recuerdo el de un estudiante llamado Lennart, alemán de Múnich, que se preguntaba cómo era posible que muchas personas admiraran y cantaran a gente que asesinaba de la manera más sangrienta y dolorosa posible: se estaba refiriendo claramente a los narcocorridos. Aquello me dejó sin palabras.
En general, creo que asistimos a un momento de la historia, de nuestra historia, caracterizado por una absoluta falta de rumbo moral. ¿Quién o quienes son los responsables de esta dolorosa situación? Me queda claro que no podemos exigirles principios a los delincuentes, que lo son precisamente porque se afanan en romper todo código ético; pero sí podemos hacerlo con los hombres y mujeres de bien, con los ciudadanos comprometidos con su comunidad. Recuerdo que cuando era estudiante de la universidad asistía a clases con un profesor, casualmente también alemán, que se lamentaba de lo que veía en nuestro país y con las manos al cielo se lamentaba con dramatismo: “¡Ya no hay héroes!” Ahora lo entiendo bien, ante la ausencia de héroes verdaderos, de referentes claros que nos motiven a hacer de nuestra vida una tarea trascendente, corremos a arrodillarnos delante de los malditos ídolos de lodo.
En mi experiencia trabajando con jóvenes he aprendido que no hay nada que resulte más estimulante para un muchacho que el hecho de tratar de hacer de su propia vida una misión con rumbo claro, con retos y -sobre todo- con sentido. Creo que está es la tarea que a todos nos corresponde: si tu vida no está inspirando positivamente a los demás, lo quieras aceptar o no, eres cómplice de más de un asesino.
Álex Ramírez-Arballo. Doctor en literaturas hispánicas. Profesor de lengua y literatura en la Penn State University. Escritor, mentor y conferenciante. Amante del documental y de todas las formas de la no ficción. Blogger, vlogger y podcaster. www.alexramirezblog.com
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