Espejo desenterrado: Llanto por la muerte de Abigael Bohórquez (A 20 años de su fallecimiento)

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Por Karla Valenzuela
Karla Valenzuela
Siempre que lo recuerdo, una sonrisa se me escapa. Siempre que lo recuerdo, parece que vuelve su voz cadenciosa, repleta de acentos, infinita de pausas como de palabras rimbombantes – de ésas que resuenan por todas partes- así como de sarcasmos, melancolía y una capacidad sintética que ya la quisiéramos muchos.

Abigael solía caminar pausadamente por los pasillos de la escuela de Letras una vez que ya se instaló aquí en Hermosillo. Anduvo por todos lados y escribió de todos lados y de todas formas en distintas partes, pero al final se quedó aquí y, sin saberlo, marcó a una generación de entonces imberbes escritores y escritoras todavía en ciernes que lo rememoramos como el gran maestro, el poeta de Sonora.

Abigael Bohórquez. La Chicharra

Y es el caso que este sábado, 28 de noviembre, se cumplen 20 años de que Abigael Bohórquez dijo adiós y se fue a la eternidad. Dijo adiós pero no sabía que se quedaba en realidad con nosotros para siempre. Murió antes en su pequeño departamento, pero fue encontrado la mañana de ese día, y ahí lo supimos: se fue sin decir “agua va”

Tenía 59 años y toda Caborca, todo Hermosillo y todo Sonora para su obra. Tenía también todo México y el mundo para ser condecorado. No alcanzó cómo se convirtió en un poeta de culto, en el más representativo de una época y, quizás, el más célebre poeta sonorense a nivel nacional.

Se fue a cumplir, como él lo dijo su “destino poeta, (su) dura suerte de morir temprano, cuando se huyan las horas por las huellas del aire, y se libere el fruto de su cáscara infame, y el sol de todo un día se apague en las rendijas”.

Falleció entre su libros y fue despedido entre su gente, con cantos y llantos, con palabras y rostros melancólicos y lúdicos, con versos y desversos luego de la infinita tristeza por su partida.

Hoy, que ya son 20 años de su huida, sólo puedo decir que merecemos todos leer y desgarrarnos con la obra de Abigael Bohórquez; él merece el reconocimiento a través de sus lectores y sin él, mucha de la literatura que en la actualidad se produce en el noroeste y norte de México, y quizás en el país entero, fuera otra. El poeta fue influencia de muchos, y lo sigue siendo.

En este día, en todos, agradezco haberlo conocido y poder, entonces sí, regodearme en mis recuerdos con él, en sus andanzas por las calles y por las letras, en su manera de dominarlo todo a su paso.

Hace 20 años ya se fue el poeta, pero se quedó en su obra. ¡No podemos referirle su ausencia… nos dejó su estancia infinita… su esencia.

Abigael Bohórquez. La Chicharra

 

 

*Fotos de Carlos Sánchez


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