viernes, abril 19, 2024
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Y se siguen ahogando en un vaso de agua…

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Por: Jesús M. Corona M.
Este año hemos sido bendecidos con una temporada de lluvias, que lleva un acumulado superior a la media anual de precipitaciones pluviales; es más, nuestras principales presas –El Novillo, Oviáchic y Mocúzarit– están casi al cien por ciento de su capacidad y dos de ellas han derramado ya demasías como una medida de prevención por las lluvias que todavía pudieran caer, en virtud de que la temporada de huracanes no termina todavía, máxime de que estamos viviendo un año de los que cíclicamente son conocidos como los que ataca la “corriente del niño”, que se caracteriza por un aumento en la temperatura de las aguas marinas que aumentan la evaporización del mar y el consiguiente incremento de lluvias.

Lo que verdaderamente me inquieta es el hecho de que la CNA haya decidido tirar el agua sobre el cauce del río Yaqui –con los riesgos que esto implica-, en lugar de trasvasar esos excedentes a la presa Abelardo L. Rodríguez, a través del Acueducto Independencia.

Adicionalmente, vuelven a sonar los tambores de guerra de los yaquis manipulados, quizás, por los latifundistas de Ciudad Obregón. Mientras tanto, la Suprema Corte de Justicia, aparentemente, sigue “pateando el bote” en lo que respecta al pleito legal de lo procedente o no del acueducto de El Novillo y, con ello, retrasan una sentencia que debió haber llevado nomás uno o dos meses. Por otro lado, un grupo de vivales impunemente ha bloqueado el paso en Vícam, y hasta dicen que han extorsionado a los transportistas de legumbres y otros productos perecederos quienes, con tal de no sufrir mermas, acceden a “cooperar” con tal de continuar su viaje.

Ante esto, las autoridades federales responsables evitan la fatiga y, tal vez para no meterse en problemas, fingen demencia… o lo que es lo mismo: ¡no hacen nada!

Por otra parte, los promotores del movimiento “No al Novillo” sacan a relucir de nuevo la construcción de una planta desalinizadora que se instalaría estratégicamente en Guaymas- Empalme para trasladar los volúmenes que sean requeridos para que nuestra capital tenga el abasto de agua total.

Si me lo permiten, a manera de sugerencia, diría que les tomaran la palabra a quienes tienen esa idea, pero en la región del Yaqui, quizás más cerca de Villa Juárez (paredón colorado), de Pueblo Yaqui o San Ignacio Río Muerto; cualquiera de esos lugares –o algún otro colindante al mar, tiene los terrenos de siembra a escasos kilómetros y eso implicaría un sustancial ahorro en relación al costo que tendría trasladar el agua de Guaymas a Hermosillo; además, el agua que actualmente se utiliza para regar “plantitas”, estaría mejor aprovechada para el consumo humano, que –sobra decirlo- tiene prioridad sobre cualquier actividad agropecuaria.

¿Y usted, qué opina?

*Colaborador

 


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