miércoles, mayo 15, 2024
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Celuloide: Petróleo sangriento

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Por Jesús Ricardo Félix
Jesús Ricardo FélixDesde los tiempos del Ciudadano Kane, de Orson Welles, ya se manejaba la fórmula de explorar la psicología de un personaje a manera de biografía. Escarbar desde los primeros recuerdos de la infancia hasta llegar a la madurez y así acompañar de cerca el interior del protagonista. Al llegar a la cúspide usualmente como en la montaña rusa se comienza a narrar la estrepitosa caída como último acto. Martin Scorsese aplicó varias veces la formula desde sus inicios con Taxi Driver (1976), pasando por Goodfellas (1990), hasta llegar a El lobo de Wall Street (2013). Uno de los realizadores que recientemente ha seguido la tradicional formula es Paul Thomas Anderson. Anderson es un director norteamericano reconocido por películas como Magnolia (1999), Boogie Nights (1997) o Punch-Drunk Love (2002). En los últimos años ha hecho mancuerna con el actor Daniel Day-Lewis. Daniel Day-Lewis es un actor británico reconocido como uno de los mejores del cine moderno, recordado por su interpretación en películas como Mi pie izquierdo (1989) o En el nombre del padre (1993). El actor no suele aceptar cualquier proyecto y al más puro estilo Kubrick tiende a dejar espacio de algunos años entre filme y filme. Es por eso que este fin de semana hablaremos sobre Petróleo sangriento.

There Will Be Blood, por su nombre en inglés, es una película norteamericana del 2007 dirigida por Paul Thomas Anderson y protagonizada por Daniel Day-Lewis. Daniel Plainview es un petrolero texano que busca aumentar su fortuna comprando territorios en un pequeño pueblo en medio de la nada. Viaja al lado de su hijo y futuro heredero tratando de extender su negocio prometiendo el progreso y desarrollo de las poblaciones con las que establece sociedades. El emprendedor fue invitado a realizar perforaciones en la región gracias al líder espiritual del pueblo Paul Sunday interpretado por Paul Dano. El joven profeta de la iglesia pentecostal confronta la idiosincrasia del ambicioso petrolero, haciéndolo cuestionarse su visión individualista del mundo.

A través de la relación son su hijo conocemos una de las facetas más sensibles del personaje que para el resto del mundo es duro e implacable. El desarrollo prometido alcanza a la población pero ha costado algunas tragedias que han dividido a la sociedad. Paul Thomas Anderson se pone el traje de Orson Welles y nos muestra como el éxito del personaje lo han ido aislando paulatinamente del resto del mundo, incluso de su mismo hijo. La película nos expone una lucha entre el emergente capitalista y los valores que defiende una iglesia golpeada por la “modernidad”. El magnate está enfocado en hacer riqueza apelando a la filosofía del príncipe de Maquiavelo del fin justifica los medios. Utiliza la mentira, la seducción, la corrupción para lograr enriquecerse sin importar el destino de los pobladores. Por otro lado el joven profeta se asume como un líder espiritual que necesita de inversores como Daniel que lo ayuden a hacer crecer su iglesia-empresa.

En resumen, Petróleo sangriento es definitivamente recomendable, no solo por la brillante actuación de Daniel Day-Lewis si no por la habilidad de Thomas Anderson para desnudar el alma de los personajes al más puro estilo de Welles o Scorsese. La música corre a cargo del guitarrista de Radiohead, Jonny Greenwood creando una atmosfera de suspenso al más puro estilo Kubrick.

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