viernes, abril 19, 2024
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Celuloide: Belfast

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Por Jesús Ricardo Félix
Jesús Ricardo FélixCuando hablamos de cine autobiográfico o casi biográfico recordamos a realizadores como Federico Fellini y su Amarcord a inicios de la década de los setentas. Su adolescencia en Rímini la curiosidad y el despertar sexual en una Italia opacada por el fascismo nos envuelve en una atmósfera casi onírica que solo el cine es capaz de lograr. Después por ahí vendrían seguramente los François Truffaut con Los cuatrocientos golpes describiendo la educación francesa fallida y la delincuencia juvenil a mediados del siglo pasado. Fanny y Alexander de Ingmar Bergman a inicios de los ochentas retratando la religiosidad castrante de su padre. Días de radio de Woody Allen explorando recuerdos de su infancia al ritmo del Jazz orquestal característico de su filmografía. La mala educación del cineasta español de Pedro Almodóvar y más recientemente Alfonso Cuarón con Roma película en la cual el director captura recuerdos de infancia y acontecimientos a inicios de la década de los setentas en la ciudad de México. Es por eso que en esta semana en el Celuloide aprovechamos los retratos de infancia de grandes directores para hablar sobre Belfast el Amarcord de Kenneth Branagh.

Belfast es una película del 2022 dirigida por el director irlandés Kenneth Branagh. Este director es conocido por llevar las obras de Shakespeare a la pantalla como ejemplo Otelo o Hamlet aunque últimamente está incursionando en el universo de la escritora Agatha Christie con películas como Asesinato en el Orient Express y Muerte en el Nilo. Antes de ver la película había escuchado que Belfast era la Roma de Branagh, haciendo referencia a la película de Cuarón.

Los recuerdos de infancia, el uso del blanco y negro y el retrato de los conflictos político religiosos de su natal Irlanda provocaron algunas comparaciones con el filme del director mexicano. El director irlandés nos describe el vecindario de su infancia a través del pequeño Buddy quien vive rodeado de amigos y familiares sin alguna otra preocupación más que salir bien en la escuela, jugar y llamar la atención de una compañera de clases. La familia de Buddy es protestante, eso al inicio no tiene mucha relevancia pero a medida que avanza la trama su mundo se divide entre católicos y protestantes. Su padre va y viene a la ciudad por motivos de trabajo por lo que él y su hermano mayor se quedan bajo los cuidados de su madre y los abuelos. Pero la película va más allá de datos biográficos de Branagh nos describe el despertar de un niño al miedo que imponen algunas religiones y el daño que produce a las sociedades el fanatismo. Otro tema que está presente es el del amor por el cine, al igual que en Amarcord de Fellini o el teatro en el caso de Bergman, Kenneth Branagh nos narra como la magia del cine lo hacía olvidar los problemas como con el musical Chitty Chitty Bang Bang.

La película es definitivamente recomendable, pero tengo que decir que como los hechos transcurren bajo la mirada de un niño el director recurre obsesivamente a los ángulos en contrapicado. Si nos ponemos exigentes no me gusto para nada el soundtrack me sacaba de la ficción de vez en cuando, como si a alguien le sonara el teléfono durante la película. Aquí no tiene que ver la calidad de la música sino que hay escenas donde considero simplemente que está mal utilizada o mal elegida. Creo que la autobiografía de Branagh se merece un poco más de reconocimiento por parte de la audiencia y la crítica, si bien no es el primer director en narrar su infancia me pareció bastante buena de principio a fin.

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