miércoles, mayo 8, 2024
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Tuercas y tornillos: El CIDE y los movimientos estudiantiles

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Dr. Mario Alberto Velázquez García | Academia Mexicana de Ciencias
Algunas de los temas sobre los que habla la prensa nacional tienen una relevancia que parece evidente por sí misma, (el trágico accidente donde murieron migrantes, el crecimiento de los contagios por Covid19, etcétera), pero otras despiertan un interés menor entre los directamente involucrados. Este es el caso de la protesta estudiantil y toma de instalaciones del Centro de Investigación y Docencia Económicas, A.C (CIDE). La mayoría de la gente tiene la impresión de que se trata de un conflicto menor que no los afecta, ni les interesa, particularmente, cuando esta institución ha sido calificada como una “pequeña elite neoliberal”. No obstante, la importancia potencial de lo que está sucediendo ahí es tan trascedente que puede cambiar el actual rumbo de la política nacional.

El CIDE, en términos de su tamaño, efectivamente, es una pequeña institución; su comunidad no es mayor a 500 personas. Sin embargo, su importancia está en la calidad lograda, tanto en sus programas de licenciatura, maestría y doctorado, pero también por que sus profesores-investigadores publican en revistas de alto reconocimiento, tienen libros e investigaciones fundamentales sobre la economía, las políticas públicas y la política mexicana. Según un artículo de Los Ángeles Times, este centro educativo mexicano es tan bueno como Harvard.

El conflicto en el CIDE comenzó a gestarse por una serie de decisiones del gobierno federal y particularmente de la directora del Conacyt Álvarez-Buylla: el retiro de los fideicomisos que el CIDE había creado para administrar recursos, la mala relación del anterior director del CIDE López Ayllón con la dirección del Conacyt (lo que lo llevó a este personaje a renunciar), y el procedimiento mediante el cual se dio la transición de director interno a titular por parte de Romero Tellaeche.

Los estudiantes del CIDE, la gran mayoría jóvenes provenientes de las distintas regiones de México y de los distintos espectros económicos, sintieron una creciente amenaza a sus posibilidades de acceder a una educación de calidad frente a los cambios que se presentaban en esta institución. Al no ser tomados en cuenta en la consulta sobre la elección del nuevo director, decidieron crear una Asamblea General Estudiantil que tomó las instalaciones como media de presión frente al Conacyt.

El movimiento estudiantil del CIDE, en términos de lo propuesto por Neil Smelser, inició ante un agravio en lo normativo (el procedimiento para la elección del director del CIDE). Para este autor, una protesta social de este tipo va elevando el nivel de sus demandas para convertirlas en temas cada vez más sistémicos, en este caso, al ser el conflicto un elemento de las normas, el crecimiento del mismo movimiento serán otros reclamos normativos o subir al nivel de valores generales. El movimiento estudiantil del CIDE ha dado este paso al pedir la Autonomía del CIDE, lo que supone una escalada lógica y predecible de un movimiento que comienza a consolidarse al interior y generar alianzas con otros grupos estudiantiles, pero que también ha mostrado su capacidad de generar apoyos externos, entre ellos, cartas firmadas por investigadores de distintas partes del mundo, entre ellos, dos premios nobel.

El antecedente del movimiento estudiantil del CIDE no es el movimiento del 68, sino el #yosoy132 del año 2012. Al igual que en este caso, fue una movilización encabezada por estudiantes de centros de educación que son considerados elites y que no tenían la “legitimidad” para desarrollar una movilización social, y sin embargo, este movimiento estuvo a punto de generar la pérdida de las elecciones presidenciales para el candidato del PRI, Enrique Peña Nieto. Al igual que ahora, el alcance y las capacidades de estos dos movimientos sociales fueron minimizadas por parte del gobierno e incluso por gente de izquierda por prejuzgarlos (ahora) como “neoporfiristas” que nunca habían participado antes en una protesta. Al igual que sucedió con el #yosoy132 el movimiento del CIDE tiene el potencial de crecer y construir una escala de valores que genere una critica coherente y considerable frente a lo que sostiene el actual ejecutivo federal, quien es, el siguiente nivel de protesta frente a la actitud de cerrazón del Conacyt.Separador - La Chicharra

MARIO ALBERTO VELÁZQUEZ GARCÍA
Profesor- Investigador de El Colegio del Estado de Hidalgo.
Miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) nivel 1. Miembro de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC). Doctorado en Ciencias Sociales con Especialidad en Sociología, El Colegio de México. Maestría en Ciencias Sociales con Especialidad en Desarrollo Municipal en El Colegio Mexiquense. Licenciatura en Sociología, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Director de la Revista: “Revista Científica de Estudios Urbano Regionales Hatsö-Hnini”, www.revistahatsohnini.com.mx.

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