viernes, abril 19, 2024
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Celuloide: Apocalypse Now

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Por Jesús Ricardo Félix
Jesús Ricardo FélixParece que Joe Biden ganó Pensilvania, dice el narrador anunciando al probable presidente número 46 del país vecino. Desde el martes pasado el proceso electoral de los gringos nos han mantenido en suspenso inclinándonos por el candidato demócrata, no porque conozcamos mucho de política, sino por todo aquello que Donald Trump representa: prejuicios, racismo, caprichos, altanería y un largo etcétera. Está bien, no conocemos a Biden pero después de Trump ¿Qué tan malo puede ser? Nos preguntamos en silencio como tratando de convencernos.

En esta ocasión nos vamos a remontar en la historia del país vecino bajo el contexto de la guerra fría, el mundo bipolar se dividía entre la extinta Unión Soviética y el imperialismo yanqui, unos vendían las bondades del comunismo y otros las delicias del capitalismo. Como era de esperarse, el juego de ajedrez daba lugar a escenarios bélicos como es el caso de Vietnam. Ahora bien, como ocurrió en el caso de la segunda guerra, el poder del cine fue utilizado como propaganda para justificar la intervención en aquel país, es el caso de películas como Boinas verdes (1968) dirigida por John Wayne. Pero en las siguientes décadas vendrían los verdaderos artistas del celuloide a explorar el fenómeno, no desde la perspectiva propagandística, sino de la guerra metida dentro del hombre. Es el caso de películas como The Deer Hunter (1978) de Michael Cimino, Platoon (1986) de Oliver Stone, Good Morning Vietnam (1987) de Barry Levinson, Full Metal Jacket (1987) de Stanley Kubrick, Casualties of War (1989) de Brian de Palma entre otras. Lo cierto es que también se filmaban fantasías hollywoodenses como la de Chuck Norris, Perdido en acción o Rambo de Stallone pero esas ya sabemos que son churros clase B o hasta C.

Pero dentro de toda la filmografía sobre Vietnam mi favorita es Apocalypse Now (1979) que pude ver en los ochentas sin valorar mucho su contenido, como quien dice la pude apreciar por primera vez en el cineclub Primera toma de Nina Mier y Socorro González en la UNISON. Está película fue estrenada en el año de 1979 basada en la novela de Joseph Conrad, El Corazón de las Tinieblas (1899) y por su narrativa se le atribuyen influencias de películas como Aguirre, der Zorn Gottes (1972) del gran Werner Herzog.

Francis Ford Coppola a inicios de la década de los setentas ya le había dado al mundo su versión de El Padrino (1972) de Mario Puzo, que daría pie a todas las Goodfellas y Sopranos y series sobre narcos que se les ocurran hasta la fecha. El reconocido director ya había incursionado en películas de guerra como Patton (1970) donde narraba las hazañas del general sobresaliente de la segunda guerra George Patton. Para los que ya vieron Apocalypse Now recordarán escenas memorables como la de los helicópteros sobrevolando el mar de Filipinas (ahí se filmó) bajo el ritmo de las valquirias de Wagner, Robert Duvall interpreta al general «Bill» Kilgore que decidía atacar la zona ocupada por el enemigo para ir a surfear con Lance un surfer recién llegado a la guerra. Es así como Willard el personaje de Martin Sheen va adentrándose en la selva para cumplir con la misión de eliminar a un boina verde, el general Kurtz, interpretado por Marlon Brando, quien ha reclutado su pequeño ejército en Camboya ignorando las órdenes de sus superiores. A Willard le han dicho que Kurtz ha enloquecido y a través de su recorrido comprueba que su ejército bombardea áreas con escuelas o mata civiles a diestra y siniestra, les han vendido la idea de que ellos son los buenos cuando el ve y es participe de todo lo contrario. Su personaje es testigo del caos, el napalm, la psicosis, la sinrazón, la locura en ese contexto es mantener la cordura, por eso muchos de los soldados preferían mantenerse drogados. Se dice que los mismos actores consumían mariguana y speed para soportar el estrés de la producción que normalmente filmaba de noche, al grado de que al actor Martin Sheen sufrió un infarto. En el trayecto la voz en off de Willard va construyendo la imagen de un enemigo que personifica el mítico general Kurtz con el que cada vez se identifica más, pero al que sabe que tiene como misión eliminar. Definitivamente recomendable, hay escenas que se te quedaran grabadas en la memoria al ritmo de Wagner y The Doors, irónicamente una obra de arte inspirada en el sin sentido de la guerra.





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