miércoles, abril 17, 2024
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Celuloide: Entre el Tai Chi 0 y las guerras del opio

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Por Jesús Ricardo Félix
Jesús Ricardo FélixEste fin de semana vamos a hablar sobre la película China de artes marciales Tai Chi 0 (2012) dirigida y escrita por Stephen Fung. La película nos narra la vida de Lu Chan (Xiaochao Yuan) un joven que nace con un defecto físico, un pequeño cuerno que lo limita pero a la vez acrecienta su potencia, cuando es tocado ahí se detona una fuerza sin control. Según la leyenda esa protuberancia representa las flores de la corona, aunque no se aclara del todo en que consiste.

La madre del joven le recomienda que para equilibrar su energía viaje al pueblo Chen y aprenda el kung fu del maestro Chen y así logre equilibrar su energía interna que le permita vivir más tiempo. Al llegar al pueblo se da cuenta que los forasteros no son muy bien vistos y pues según ellos no son dignos de aprender el estilo del maestro Chen.

Lo anterior nos describe la historia real del pueblo Chenjiagou que es como la Jerusalén del Taijiquan, un arte marcial originario de la antigua China con diversas prácticas para ejercitar el físico y la mente. El Estilo Chen es el estilo más antiguo de taijiquan, se caracteriza por sus posturas bajas, se alternan movimientos lentos y cortos con estallidos de energía y no es raro que se realicen las formas a gran velocidad. Así como en la película se decía que muchos forasteros acudían al pueblo a intentar aprender el estilo, pero los locales guardaban celosos los secretos del arte marcial.

El villano, por así decirlo, es representado por el personaje de Zi Jing, que forma parte del pueblo pero que se formó académicamente en Europa, por lo que piensa más como un occidental. El jamás aprendió el estilo Chen a diferencia de su prometida Chen Yu Niang quien domina las artes marciales. Esta condición le hace sentirse inferior, por lo que se pone del lado del invasor pretendiendo destruir su pueblo con el pretexto de modernizar a la China rural. Este conflicto nos remonta a las primeras invasiones europeas en la antigua China desde el siglo XVI aproximadamente, sin dejar de lado las famosas guerras del opio que obligaron a China a comercializar sus recursos de una manera desigual con Europa. No olvidar que como parte de este evento Hong Kong pasaría a formar parte de Inglaterra.

Todo este contexto de la revolución industrial, las invasiones, el comercio, el conservadurismo de las tradiciones del viejo mundo son puestas en la receta de Stephen Fung y mezcladas con algo de sal y pimienta.

Sobra decir que si buscan realismo o artes marciales en su más pura esencia no es lo que van a encontrar en esta película. Después de The Matrix (1999) y del El tigre y el dragón (2000) este tipo de historias se comenzó más a preocupar por dotar a los héroes con habilidades de superhéroe más que en mostrar peleas reales o técnicas apegadas a las artes marciales. Aquí los personajes se deslizan por el suelo, vuelan, se suspenden y si, evidentemente aparecen técnicas y golpes propios de artistas marciales pero como en una coreografía montada para entretener a un público poco conocedor. El director da rienda suelta a la fantasía y como si fuera una especie de Wild Wild West (1999) vemos a los protagonistas pelear contra fantasiosas máquinas de vapor que representan a la modernidad que los aplasta, que los rebasa. El personaje raya en lo tonto y hasta eso se puede dejar pasar, Jackie Chan lo ha hecho durante toda su carrera, pero como que nunca termina por explotar y convertirse en un personaje que nos atrape. Tal vez lo haga en la secuela de nombre Tai Chi Hero (2012). La película es entretenida pero poco realista, abusa de la fantasía hasta el extremo de rayar en lo infantil. Pero si se mide como una película que nos describe acontecimientos históricos ya mencionados, puede resultar muy interesante.





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