viernes, abril 19, 2024
CeluloideCineColaboraciónColumnaCulturaEntretenimientoOpinión

Celuloide: En el hoyo

Facebooktwitterredditpinterestlinkedinmail

Por Jesús Ricardo Félix
Este fin de semana hablaremos un poco de la película española que está dando de hablar últimamente: “El hoyo” opera prima de un tal Galder Gaztelu-Urrutia. Dicho filme ha recibido varios premios y la audiencia en Netflix parece haberla recibido con buenos ojos. Un grupo de prisioneros se encuentran en una celda con características muy sui géneris donde cada mes se van alternando en pareja a diferentes niveles. Los niveles de arriba reciben un banquete, que con tiempo limitado, van ingiriendo hasta saciar su hambre. Como lo narra la película los de más arriba comen más allá de lo que necesitan dejando a los de más abajo con hambre, obligando a estos últimos a cometer actos primitivos de agresión y hasta canibalismo para así lograr sobrevivir.

La película inicia con un toque kafkiano, mezcla elementos existencialistas con rasgos de novela distópica del tipo de George Orwell. Hay conversaciones donde pareciera desarrollarse una obra de teatro absurda y a la vez entretenida, manteniendo un toque de misterio que acompaña al personaje principal Goreng. Junto a él los mecanismos de la prisión nos son revelados poco a poco por su acompañante de celda. La cuestión se torna interesante hasta que, desafortunadamente, nos damos cuenta que la trama se vuelve predecible. No sabría decir en qué momento se cae el suspenso pero cuando escuchamos a su compañero de celda hablar de ese cuchillo afilado se nos viene a la mente lo que finalmente ocurre en escenas posteriores (no lo voy a decir por aquellos que no la han visto pero de cualquier modo lo van a adivinar cuando la vean).

Homo homini lupus nos dice Hobbes y el guion del filme sigue el mandamiento al pie de la letra. Al parecer el quijotesco Goreng es el único capaz de romper la cadena de egoísmo que corroe a la totalidad de los reos ahí encerrados. Con la intención de impresionar al espectador la película recurre a escenas trilladas y una maldad caricaturizada que por lo mismo resulta poco creíble. No sé si fue al guionista al que se le acabo la imaginación pero los personajes se perciben algo huecos o carentes de una psicología real. Escenas que rayan en el gore complementan la caída de la trama para convertirse en una mala copia de Dario Argento o Quentin Tarantino.

Hay elementos para narrar una buena historia, de hecho nos atrapa al inicio, pero la fuerza del suspenso va decayendo en la medida que la idea se torna trillada y predecible. Creo que el file está hecho para atraer un público adolescente acaso entusiasmado con la violencia extrema y el suspenso chafa, los adultos por mientras seguimos en el hoyo limitados por el menú de dichas plataformas.





– PUBLICIDAD –


Facebooktwitterredditpinterestlinkedinmail

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *