Imágenes urbanas: Cuatro Olivos
Por José Luis Barragán Martínez
Hace tiempo, viajando por el noreste de nuestra ciudad Hermosillo, llamó mucho mi atención un gigantesco mezquite en plena media calle.
El ver un exuberante mezquite simplemente a media calle y respetado por todo mundo en aquella colonia popular causó mi admiración, se me hizo algo singular, único, pensando desde luego que este mezquite tendría su historia.
Días después, investigando al respecto, llegué hasta el señor Martín Bailón González, uno de los fundadores de la Cuatro Olivos, la colonia del mezquite, el cual me dijo lo siguiente:
“Esta colonia se funda exactamente a las cuatro de la tarde del 30 de junio de 1984.
“Se trazaron las manzanas y calles y uno de los acuerdos que se tomaron en aquella época fue no permitir el establecimiento de expendios de cerveza en la colonia.
“Como la colonia estaba un tanto aislada, a las calles les pusimos nombres provisionales como Avenida de los Niños, Calle de los Paseos, Calle de las Juntas, Avenida de los Árboles, Paseo del Río (por un represo que había cerca donde inclusive bajaban a tomar agua jabalíes, coyotes y venados), Calle de los Enamorados (donde se ponían a platicar las parejitas), Constancia al Trabajo, etc. Posteriormente las calles tomarían los nombres que señalaba el Plan de Desarrollo Urbano.
“Entre los fundadores (siempre trabajábamos en equipo, muy unidos), cabe mencionar a Abraham Montaño, Jesús Arellano, Manuel Núñez, Felipe Mejía y Agustín Loyola, este último fundador también de la Cañada de los Negros y que nos deleitaba con su guitarra.
“La reuniones las hacíamos los domingos, convirtiéndose en verdaderos días de fiesta donde la misma comunidad vendía tacos y chimichangas, ropa (que la colgaban de los árboles), picos de gallo y cómo no recordar a doña Genoveva con sus bellísimos poemas donde cantaba a los niños y a la naturaleza y que en verdad nos hacía soñar despiertos.
“Cuando llegamos a estos terrenos había unos árboles de olivo que quien sabe quien los plantaría, se trataba de unos árboles frondosos, con fruto, por eso decidimos bautizar a la colonia como Los Olivos, pero luego nos enteramos que ya había una colonia al suroeste de la ciudad con ese nombre, entonces contamos los árboles y como eran cuatro, se le quedó así: Cuatro Olivos, actualmente solo queda uno en pie por la calle Cumpas, entre las calles Dos y Uno.
“El mezquite que se quedó en medio de la calle fue por un acuerdo de la comunidad ya que representa un símbolo lleno de recuerdos, por tantas y tantas reuniones que hicimos bajo su cobijo”.
La plática con don Martín fue amena, casado con doña Irene Cisneros tuvieron cuatro hijas: Laura, Gloria, Norma y Migdelina.
Finalmente visitamos el histórico olivo y nos despedimos.
*Por José Luis Barragán Martínez, colaborador
felicidades a la gente de los cuatro olivos por su cultura ecológica, cosa que no podemos presumir por acá por La Manga. Hace poco la administración del aeropuerto decidió ¿mejorar? la vista y talaron TODOS los árboles que había. Me opuse, me les enfrenté, casi llegamos a los golpes, pedí auxilio a una secundaria que esta enfrente y los maestros displicentes, al fin que son árboles, no sienten. Fuí al Municipio y lo mismo, indiferentes, el resultado ya lo saben. De nuevo gracias a los habitantes de los cuatro Olivos por su contribución al mejoramiento del medio ambiente.
El origen de esos cuatro árboles es otro tema muy interesante: Quien los plantó? qué había allí?
Gracias papá, toda tu vida ha sido un gran ejemplo de vida, servicial, atento, preocupado por los demas y por tu entorno, siempre dispuesto a colaborar y hacer que las cosas pasen, que los sueños sean alcanzables.
La colonia Cuatro Olivos, su fundación y todo lo que lograr lo que ahora es tiene mucho de ti.
Gracias a Dios por ser tu el ejemplo de vida, mi padre, que El eligió para mi y mis hermanas y el gran compañero de mi mami!!!
Te quiero
Tu hija LAURA