sábado, abril 20, 2024
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Celuloide: El libro de Boba Fett

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Por Jesús Ricardo Félix
Jesús Ricardo FélixSecuela, precuela, reboot, remake, Spin-off son términos que resultan familiares para las nuevas generaciones. Anteriormente hemos abordado aquí el tema de las historias poco originales que se reciclan en la industria del cine actual. Pero ¿Cómo culpar a los estudios por apropiarse de una franquicia que cuenta con numerosos seguidores? Uno de los ejemplos más reconocidos es el de Star Wars. Cuando la compañía Disney adquirió los derechos pensábamos que se acercaba el final de la historia. Tiempo después la franquicia ha comprobado que no solo cautiva el mercado de las nuevas generaciones de niños y adolescentes, sino que algunos de los fanáticos de antaño se mantienen fieles al consumo de sus producciones.

Hay una reunión con los productores de Disney y te han elegido como director de la próxima serie o película de la franquicia ¿Optarías por permanecer fiel a la historia original? O ¿Tratarías de seguir nuevas líneas para agradar al mercado más redituable para la compañía? Creo que en mayor o menor medida es uno de los dilemas que enfrentan los realizadores y productores de Star Wars.

Es por eso que en esta semana en El Celuloide hablaremos de la serie El libro de Boba Fett. La serie está producida por Jon Favreau e incluye a directores como Robert Rodríguez, Dave Filoni y la hija de Ron Howard: Bryce Dallas Howard. La serie aborda las aventuras del cazarrecompensas Boba Fett interpretado por Temuera Morrison y su aliada Fennec Shand personificado por Ming-Na Wen. En varios capítulos aparece el Mandaloriano interpretado por Pedro Pascal. Director chicano, actor neozelandés, actor chileno, coprotagonista china si alguien duda de la universalidad de la franquicia que se quede a ver los créditos finales.

Mientras veía la serie sobra decir que destacan las referencias a Akira Kurosawa con los daimios y la idiosincrasia samurái, la atmósfera infaltable del viejo oeste, Flash Gordon y hasta el robot de la película Metrópolis. Pero eso ya lo hablamos en la reseña a Duna o en el Mandaloriano. La influencia que considero está más latente a lo largo de la serie es la de Duna de Frank Herbert. Y es que a lo mejor la reciente versión de Denis Villeneuve revivió el debate entre las similitudes entre ambos universos. Y es que en la primera parte de la serie cuando vemos Tatooine no podemos dejar de pensar en Arrakis, del mismo modo que los Tusken recuerdan a los Fremen. Una raza guerrera en subdesarrollo que sobrevive en las arenas del desierto rica en recursos naturales pero agobiada por grandes ejércitos que luchan por explotar su riqueza. Después están las Bene Gesserit que usan la voz para controlar la mente como lo hacen los Jedis, después está Paul Skywalker o Luke Atreides como el clásico recurso del elegido. Y la famosa especia que en ambos casos es una droga que se vende en el mercado negro pero que unos utilizan para expandir la conciencia y otros para traficar.

En fin, en la serie de Boba Fett se despliegan todos esos elementos y a pesar de que está respaldada por muy buenos directores hay capítulos donde la historia no da para mucho. Así de pronto nos confundimos y pensamos que estamos viendo la serie del Mandaloriano. Recomendable pero se queda algo corta, se recurre a personajes de antaño como el Chewbacca negro llamado Krrsantan. Un Rancor que parece salido de El señor de los anillos. Cad Bane que recuerda a los pistoleros de Sergio Leone en las películas del spaghetti western. Me llama la atención que Robert Rodríguez aparezca interpretando uno de los villanos, es el personaje de Dokk Strassi.

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