miércoles, octubre 23, 2024
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Celuloide: La viuda negra

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Por Jesús Ricardo Félix
Jesús Ricardo FélixSi echamos una mirada a la participación de la mujer en los asuntos de la política nos percataríamos de que desde el siglo dieciocho se comenzaba a reconocer su participación en las votaciones. Con sus altas y bajas, con aprobaciones y derogaciones no sería sino hasta el siglo veinte cuando podríamos hablar de un derecho reconocido como tal. En la Finlandia Rusa se comenzaría a votar a inicios del siglo pasado siendo seguida por países como Noruega y Suecia. En España el sufragio femenino se aprobaría a inicios de la década de los treinta aunque después llegaría la dictadura de Franco a dar reversa a toda clase de derechos. En el caso de Latinoamérica se habla de la doctora Matilde Hidalgo en Ecuador pidiendo participar en las votaciones de 1924. En el caso mexicano las discusiones se avivaron al terminar la revolución mexicana y al calor de la nueva constitución de 1917 se cuestionaban si al hablar de “los ciudadanos mexicanos” se incluía o excluía al sexo femenino. En Yucatán por el contrario y como resultado del Primer Congreso Feminista en los años veinte ya eran elegidas las primeras diputadas en el país. Entre el periodo y las reformas constitucionales de los presidentes Miguel Alemán y Adolfo Ruiz Cortines el 3 de julio de 1955 fue cuando la mujer votaría por primera vez en el país.

¿Pero que pasaba en el cine con la mujer a mediados del siglo veinte? Ingrid Bergman brillaba en su rol de amante como Ilsa Lund junto a Humphrey Bogart en Casablanca, una mujer enamoradiza se divide entre la admiración que siente por su esposo líder de la resistencia antinazi y el ex novio Rick al que no le interesa la política. Vivian Leigh personificaba a Scarlett O’Hara en el clásico Lo que el viento se llevó retomando la vida de una señorita de alta sociedad en la época posterior a la guerra civil norteamericana, filme que nos retrata de manera simple y trillada los temas de la esclavitud pero que refleja el romanticismo y la figura estereotipada de la mujer que se preparaba para el príncipe azul. En el Citizen Kane del maestro Orson Welles la mujer juega roles secundarios, está el papel de la mamá de Kane pero la figura femenina que acapara la atención es el de Susan Alexander que parece estar inspirado en Marion Davies. Kane estaba basado en Randolph Hearst el magnate estuvo casado con Marion Davies una actriz con aspiraciones de cantante para lo cual mostraba poco talento pero cuyo esposo le financiaba la carrera.

Si vemos las películas en la actualidad nos encontramos con películas como Black Widow dirigida por Cate Shortland una directora y guionista muy talentosa. Scarlett Johansson no solo produce sino que además interpreta al personaje de Marvel Natasha Romanoff una ex mercenaria de la KGB. La película nos habla de los orígenes del personaje, junto a personajes como Yelena Belova quien es otra viuda negra. Los agentes secretos Alexei Shostakov y Melina Vostokoff juegan el papel de sus padres en Estados Unidos y son perseguidos como consecuencia de su pasado en el espionaje. El papel masculino aquí es acaso secundario y sirve para acompañar el rol de las protagonistas, Dreykov es el patriarca que controla el destino de las viudas negras, el provoca que las mujeres se ataquen entre sí de hecho nos hablan de un mecanismo de feromonas que impide cualquier ataque a su persona. También utiliza a las mujeres para su propio negocio y beneficio no solo apoderándose de sus cuerpos que son máquinas de matar sino también de sus mentes. La película podrá ser un churro de superhéroes de Marvel pero es reflejo de un salto gigantesco en el rol femenino si lo comparamos con algunos de los grandes clásicos del cine universal.

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