Festival Kino: el júbilo colectivo

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Día 1

Por Carlos Sánchez
En Magdalena de Kino el viento ahonda su presencia en La Monumental, esa plaza donde los paseantes se sumergen y contemplan la fuente mientras los niños corren jugando a la vida.

Ante estas postales inicia la primera tarde-noche del Festival Kino 2018, en su edición número 21.

En el umbral de la iglesia Santa María Magdalena, Guitar Ensemble Center ameniza, sus integrantes son niños – adolescentes. El repertorio que interpretan el ensamble de guitarras suena a entrega, se siente la armonía. Y un golpe de percusión sobresale y ya los espectadores celebran con aplausos.




Antes, el talento del Trío Coral de Magdalena de Kino, con sonido a nostalgia, el rescate de canciones que son legado del repertorio mexicano. También el desplante de la danza folclórica del grupo Besari se puso de manifiesto en compañía musical del mariachi Dos almas y un corazón. Igual la Rondalla Acordes mágicos entregó su canto.

Magdalena es la ciudad que como apellido tiene el de pueblo mágico. Aquí sus calles anchas son espacio generoso para la caminata por las mañanas, sus banquetas de nobleza albergan esos árboles que son apuntes de una pintura siempre en construcción.

De improviso el ruido del tren se adhiere a los acordes que se suenan en el umbral de la iglesia. Mientras el deseo de bailar se apersona en los que miran. Al uno dos y tres y ya una pareja se levanta de sus asientos.

Aplaudir es también un acto de gratitud, de felicidad. En el inicio de esta edición del Festival Kino, la sociedad responde a la convocatoria. El júbilo se hace colectivo, la alegría tiene la tesitura de ese río silente que a unos cuantos metros de La Monumental, callado espera por la mirada de los visitantes.

Caben las diversas manifestaciones artísticas en la edición de este foro organizado por el Instituto Sonorense de Cultura y el Ayuntamiento de Magdalena de Kino. Por ejemplo, hoy al partirse el día, Juan Manuel Soto Leyva inauguró, en el corredor de Palacio Municipal, su exposición pictórica Trazos de mi alma, colores que son rescate del acontecer cotidiano: una pelea de gallos, el cuerpo y su exploración desde la técnica que también es búsqueda.




La diversidad está: Soto Leyva (así rubrica la obra el pintor), extiende su mirada hacia mares y paisajes rurales, la fachada de un edificio que es historia, el rostro que es también vestigio de nuestro tiempo.

Así inicia el festival, con la inclusión de un taller de escritura en el Centro de Reinserción Social de Magdalena, ese espacio de muros donde la oportunidad para aprender es opción.

Los integrantes de este taller acudieron a la cita de lectura de poemas de Abigael Bohórquez, ya mañana empezarán mostrando sus textos que hoy fueron tarea. Para así comenzar la construcción de su propia historia dicha en palabras. La autobiografía como una exploración del interior, lo que se ha sido en la vida: los aciertos y dolores, alegrías e infortunios.




 

http://mamborock.mx


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