martes, abril 23, 2024
ColaboraciónColumnaCulturaLudibriaOpinión

Ludibria: Ana García Bergua, El imaginador

Facebooktwitterredditpinterestlinkedinmail

Por Ramón I. Martínez
Ramón I. Martínez. La ChicharraHace 14 años fue reeditado  El imaginador, de Ana García Bergua (México, 1960), el primer libro de relatos de la escritora, que originalmente fue publicado por Era en 1996. En una muy digna reedición de la SEP-Era en la colección Libros del Rincón en un tiraje amplio (65,000 ejemplares). Y el libro lo amerita.

Integrado por 18 relatos, encabezados por el que le da título al volumen, hace honor a las expectativas del lector, pues en ellos la imaginación impera, de principio a fin. “Ya son varias las horas que llevo aquí en el linde entre este zaguán y la calle, sin poder salir pues la lluvia no para. He visto cómo la gente se aventura en el aguacero con la esperanza o la desesperación de llegar a alguna parte que no sea este zaguán inhóspito al que por cierto nadie entra, nadie que habite el sórdido edificio que semeja una bóveda de nichos cerrados.” (p. 9) Así reza el incitante incipit de este libro de juventud alucinante, donde el narrador personaje va imaginando una inundación catastrófica, a la par que las consecuencias insospechadas sobre los imaginarios inquilinos, a la vez que el edificio se convierte en una nave. “Dicen que, con suerte, en un par de días estaremos en Toluca y podremos andar” (p. 15) Se mantiene, en efecto, en el linde del zaguán, entre la alucinación y la irrealidad.




Uno de tantos relatos destacables del libro es “Los últimos días de Pompeya”, que narra la relación entre una mujer joven de 34 años y su recién infartado aparente esposo, Andrés. El tenía la culpa de su infarto por la vida desordenada que llevaba y ella no está para nadie: quiere leer Los últimos días de Pompeya. “Muy bien. Tranquila, sola en la casa, dispuesta a leer Los últimos días de Pompeya –moría de ganas de comenzarlo– y Andrés que se las arreglara con el infarto” (p.73). Antes de leer la primera página imaginó cómo sería la vida a partir de ese momento. “¿Dónde habían quedado los cigarros? Fue a buscar uno al escritorio de Andrés. De los fuertes, qué horror. Como para que te dé un infarto” (p. 75). Se hace un repaso entre una serie de contrastes entre ella y él, todo lo cual justificará una eventual separación.

Ana García Bergua es una de las mejores narradoras de su generación, y desde su primer libro mostró el talento que la han consagrado como una de las más dignas representantes de la literatura mexicana actual. Su más reciente publicación es la novela Fuego 20 (Era, 2017).



*Ramón I. Martínez (Hermosillo, 1971) Maestro en Letras Mexicanas por la UNAM, profesor a nivel bachillerato en el Distrito Federal. Ha publicado Cuerpo breve (IPN-Fundación RAF, 2009). Cursa el doctorado en Humanidades en la UAM-Iztapalapa.


– PUBLICIDAD –


 

Facebooktwitterredditpinterestlinkedinmail

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *