El bar de Alex de la Iglesia

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“Pedir un café puede costarte la vida”

 

Por Malasuerte 
Un grupo fortuito de personas se encuentran en un agitado bar en el centro de Madrid, cuando un cliente es asesinado saliendo de ahí, frente a la puerta misma del establecimiento. Tras el asombro y la mirada incrédula de los parroquianos intentan llamar a emergencias, sin que nadie tenga señal telefónica, y uno de las personas sale en “auxilio” del cuerpo tendido frente a ellos, pero es ejecutado también con un tiro en la cabeza por lo que se presume es un francotirador. Ahí pasan de la incredulidad al terror, haciendo una serie de teorías tratando de explicar el suceso.  Esa es la premisa de la nueva película de Alex de la Iglesia: El bar (2017).

Para los que conocen el trabajo de Alex de la Iglesia, es inconfundible su sello en cada una de ellas, y El Bar no es la excepción. Desde El día de la bestia (1995), pasando por Perdita Durango (1997), La comunidad (2000), Crimen ferpecto (2004), Balada triste de trompeta (2010), La chispa de la vida (2011), Las brujas de Zugarramurdi (2013) o Mi gran noche (2015), notamos una estructura muy bien definida (quiero pensar, perversamente deliberada) en la narrativa de la misma, los personajes y las situaciones: personajes jocosamente imperfectos, héroes y villanos igual de miserables al momento de llevarlos a los puntos extremos de estrés y pruebas de sobrevivencia, y por supuesto: el tercer acto de la película definido por una caída (a veces hipotética) desde una altura considerable de uno de los protagonistas (no es spoiler, solo trato de establecer hasta qué punto es “predecible” una película de Alex de la Iglesia).

Dicho lo anterior, debo aclarar que soy fan quasi-incondicional del Alex (así le decimos los cuates) y creo entender su intención detrás de la fórmula.

En El bar, De la Iglesia explota la naturaleza humana y el instinto de sobrevivencia, al exponer a los personajes a situaciones extraordinarias, y no se abochorna en mostrar el peor lado de la gente, dejando en claro que no hay malos ni buenos… no en sus películas, no en la vida real. La crítica es dura y sin medias tintas, y de no ser por su ácido sentido del humor (que me recuerda en momentos a un episodio especial de Halloween de los Simpsons) esta película sería un thriller psicológico agotador para el espectador. Tiene guiños a Luis Buñuel y su Ángel exterminador y a la opera prima de Kevin Spacey como director Albino Alligator.

El bar es una película que, si bien es un poco derivativa dentro de la filmografía del director, es muy entretenida y logra su objetivo: divertirnos y ponernos a pensar… Los bares son malos, di no a las drogas, usa condón, come frutas y verduras.





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2 comentarios en "El bar de Alex de la Iglesia"

  • el 5 agosto, 2017 a las 3:40 pm
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    caray, soy un neófito de la obra de este cineasta, que por cierto, las películas españolas me cansan porque seguido no les entiendo a su español, espero verla y por la narrativa efectivamente me recordó al Ángel Exterminador, gracias por la recomendación, “yo viendo me mojo”, saludos

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    • el 8 agosto, 2017 a las 10:22 am
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      Gracias, Alberto. Tienes razón en cuanto a que es difícil seguirle el paso a los diálogos en películas españolas, pero una vez que te aclimatas lo disfrutas.

      Saludos

      Respuesta

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