viernes, abril 19, 2024
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Espejo desenterrado: De cobardes y respeto

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Por Karla Valenzuela
Ahora que está de moda la palabra “cobarde” bien valdría la pena reflexionar sobre el significado del término.

Según la Real Academia Española, cobarde quiene decir “pusilánime, sin valor ni espíritu para afrontar situaciones peligrosas o arriesgadas”. Claro, ese adjetivo tiene connotaciones todavía más fuertes y hasta desagradables y así, de cobardías a cobardías, las personas podemos pasarnos la vida degradándonos entre nosotros, escudándonos en una red social.

Y ese es precisamente el vicio al que nos enfrentamos hoy en día. Vivimos en una época en que la libertad de expresión se entiende como libertinaje y en la que todos -infinitamente todos- creemos que podemos manifestar lo que nos plazca o como nos plazca porque tenemos una cuenta en la red social que usted guste y mande. 

El asunto aquí es que nadie nos enseñó nunca a utilizar las redes sociales, ni mucho menos nadie nos enseñó que también ahí el “respeto al derecho ajeno es la paz”, como decía el buen Benito Juárez. 

Así las cosas, una marca puede felicitar a una deportista olímpica por ser madre y atribuirle a ese hecho la medalla olímpica que portará con tanto orgullo a lo largo de su vida, como una periodista puede argumentar su descontento con esa felicitación. Acto seguido muchos se lanzan contra la comunicadora, linchándola desmedidamente por lo que dijo, faltándole gravemente al respeto. Y el asunto es ése: que al manifestar todo públicamente, a veces pasamos por alto que que el respeto, la cabalidad socia,l debe prevalecer aún más allá de lo que pensemos o digamos.




Es decir, no porque podamos decir las cosas, tendremos que precisamente decirlas y no porque tengamos la oportunidad de dañar vamos a hacerlo. Debemos ponderar -todos- la prudencia y la educación, porque, si bien es cierto que somos libres de pensar, predicar, sentir lo que queramos, los otros también lo son, y traspasando ese límite lo único que se logra es la guerra, una de esas donde nadie gana y todos perdemos.

Para empezar, perdemos el tiempo porque hay cosas, de veras, más importantes que fijarnos siempre en la paja del ojo ajeno. 

En lugar de eso, propongo que dediquemos verdaderos instantes en propiciar cosas positivas entre los nuestros, que procuremos que nuestros hijos o los que vendrán sean los verdaderos valientes para enfrentar ciertamente los problemas venideros de los que, desafortunadamente, ni usted ni yo ni nadie los salvará. 

Las redes sociales son un prodigio, son un regalo tecnológico. Aprendamos a utilizarlas de manera adecuada y con responsabilidad y dejemos que los cobardes que se escudan en un muro de Facebook o en un tuit sigan deshaciéndose entre sí. El mundo es de la gente educada, de los mejores.  Eso es algo que debemos recordar todos.



*Karla Valenzuela es escritora y periodista. Es Licenciada en Letras Hispánicas y se ha especializado en Literatura Hispanoamericana. Actualmente, se dedica también a proyectos publicitarios.


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Un comentario en "Espejo desenterrado: De cobardes y respeto"

  • de acuerdo, sin embargo me gustaría decir que no sabemos debatir, argumentar y a las primeras de cambio, denostamos al que opina, y el tema a discutir pasa a segundo término. La mayéutica, la dialéctica, la dialógica, son formas de encontrar la verdad mediante el debate, la discusión, pero no nos lo enseñaron en la escuela, aprender a discutir las IDEAS y no las personalidades del interlocutor sería pertinente

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