Ludibria: Nietzsche. Verdad e ilusión, de Paulina Rivero Weber

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Ramón I. Martínez
Ramón I. Martínez. La ChicharraUno de los libros más influyentes en los siglos XIX y XX, es El nacimiento de la tragedia escrito por Friedrich Nietzsche en sus años de juventud, filósofo siempre polémico que ha venido a ser en una de las piezas fundamentales del pensamiento actual.

El propio Nietzsche se refiere a la obra en cuestión como “un centauro”, es decir, un ser formado por diferentes especies, referido por el autor poco antes de su publicación en una carta a Gersdoff en los siguientes términos: siempre tengo miedo de que los filólogos no lo quieran leer por culpa de la música, los músicos por culpa de la filología, los filósofos por culpa de la música y la filología. Este libro-centauro, logrado a través de la confluencia de diferentes tipos de conocimiento en una filosofía, es uno de los más crípticos de Nietzsche, y por lo mismo se requiere poseer cierta familiaridad con diversos planos para entrar en la prodigiosa intersección que constituye el mundo visionario de la obra.

Por lo expresado, resulta del todo pertinente el ensayo de Paulina Rivero Weber Nietzsche. Verdad e ilusión, publicado en 2000 por la unam. Este ensayo de Rivero es una excelente ayuda para sobrepasar esos grados de misterio, sin necesidad de ser un experto en campos tan diversos. Posibilita, asimismo, dos interpretaciones de esta obra en torno al problema fundamental de la filosofía: el problema de la verdad. Estas dos interpretaciones la propia autora las define como metafísica la una, ética la otra.

En un principio, establece un recorrido de los antecedentes al pensamiento del filósofo, para hacer un meridiano planteamiento del problema de la verdad, y ver cómo lo que Nietzsche llama “ilusión” posibilita una verdad no sólo racional sino vital. Los mitos son utilizados por él a la usanza de los antiguos griegos: formas de hablar que plasman profundas doctrinas para la comprensión del arte, de manera que éstas son expresadas “(…) con las figuras incisivamente claras del mundo de sus divinidades artísticas”. En ese tenor, encuentra en dos deidades griegas –Dionisio y Apolo– la representación de la lucha y la armonía en que consiste la totalidad de la existencia. Vale decir: estamos ante una obra que se expresa a través de símbolos, entre los cuales destaca, además de los dos anteriores, Sócrates como la expresión de una racionalidad que ve a la humanidad por medio de un limitado ojo ciclópeo.

La búsqueda de la verdad originaria –el origen del mundo y la naturaleza, así como el sentido de la vida– se entreve en la segunda parte del ensayo: la filosofía como una forma de vida, “ilusión” que no oculta sino vela la verdad. Valiosa relectura, el ensayo de Paulina Rivero Weber nos acerca con destreza a El nacimiento de la tragedia, el cual vino a inaugurar una revolucionaria manera de ver el arte y la ciencia, pero sobre todo una nueva forma de comprender la vida, la ética como creación y responsabilidad individual.

 

 

*Ramón I. Martínez (Hermosillo, 1971) Maestro en Letras Mexicanas por la UNAM, profesor a nivel bachillerato en el Distrito Federal. Ha publicado Cuerpo breve (IPN-Fundación RAF, 2009). Cursa el doctorado en Humanidades en la UAM-Iztapalapa.


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