jueves, abril 18, 2024
ColaboraciónColumnaLa perinolaOpinión

La Perinola: Me quiero bajar

Facebooktwitterredditpinterestlinkedinmail

Por Álex Ramírez-Arballo
Seguramente, amigo mío, amiga mía, has experimentado la sensación de que el tiempo pasa muy de prisa, demasiado de prisa; cierras los ojos, los abres de nuevo y ya han pasado seis meses a la velocidad del rayo. ¿No parece que hace apenas un instante estábamos celebrando la navidad? ¿No te resulta acaso necesario que al día le agreguen más horas porque con las que tiene nomás no te alcanza? ¿Es acaso que el tiempo se está encogiendo y nuestras vidas se están acelerando incomprensiblemente? Pues sí, eso mismo es lo que está pasando. Me explico ahora.

Vivimos en un sistema global vertiginoso e hipercapitalista. El modelo económico dicta las pautas sociales y productivas de nuestra sociedad; la competencia feroz y el afán exclusivo del lucro nos fuerza a eliminar toda pausa, toda “pérdida de tiempo”. Por otro lado, los ciclos del consumo igualmente se aceleran, induciendo a la compra y el desecho constantes: pon atención a la premura con que las tiendas en los centros comerciales adelantan sus temporadas de consumo; ya no resulta extraño escuchar villancicos a finales de octubre. Es un delirio que nos está maltratando psíquicamente porque nos fatiga, nos roba la tranquilidad y deposita en nuestras mentes y cuerpos la semilla de la ansiedad y la insatisfacción generalizadas.

Los filósofos coinciden en que no hay un remedio contra esta aceleración, síntoma de un mal ya incurable. Algunos se atreven a sugerir una reacción organizada, el slow movement, que desafortunadamente terminó por acelerarse al llenarse de compromisos: uno de sus dirigentes se quejaba de que no tiene tiempo para nada por tener que atender conferencias y compromisos alrededor del planeta. Sin embargo, yo tengo fe en la libertad de las personas; creo que podemos desde nuestra individualidad y en asociación con gente cercana, formar una comunidad de resistencia que busque bajarse de ese tren de locura y muerte que nos imponen los mercados, recuperar experiencias que se ajusten a los ciclos naturales de la persona, como la conversación, el sueño, el paseo, el trabajo, el amor, la simplicidad y la colaboración con los demás. Para mí esto se ha vuelto una obsesión y una causa ética por la que estoy dispuesto a entregar, lo digo sin dramatismo, los días que me quedan: es una cruzada contra la locura y la muerte.

 

 

Álex Ramírez-Arballo. Doctor en literaturas hispánicas. Profesor de lengua y literatura en la Penn State University. Escritor, mentor y conferenciante. Amante del documental y de todas las formas de la no ficción. Blogger, vlogger y podcaster. www.alexramirezblog.com


– PUBLICIDAD –


 

Facebooktwitterredditpinterestlinkedinmail

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *