Alfonso Ortiz Tirado, nuestro legado musical

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Nació el 24 de enero de 1893, en la ciudad de Álamos, Sonora. Su nombre es ahora consecuencia de la existencia de un encuentro artístico anual cuya esencia es musical: Festival Alfonso Ortiz Tirado (FAOT), el cual ha alcanzado ya 33 ediciones.

Alfonso Ortiz Tirado, tenor, médico, filántropo, puso en alto el nombre de nuestro estado. Y su legado es un pergamino siempre en construcción.

Su paso por la vida estuvo lleno de virtudes. Un corazón enorme para albergar las más complejas vicisitudes de los caídos en desgracia. Su voz un canto siempre constante para decir la existencia del arte, el talento, ejercicio consuetudinario desde su humanidad.

Don Alfonso, quizá no previó la grandeza de su legado. Tal vez no imaginó las consecuencias que construirían su nombre. Pero ocurre. Y cada mes de enero nuestro estado se viste de gala.

El bel canto en su honor, y el Festival una plataforma que reúne a los mejores exponentes de la canción en el mundo.

Datos biográficos

Alfonso Ortiz Tirado, en su faceta artística estudió en la Academia de canto del maestro José Pierson perfeccionando una cálida voz de tenor natural y se dedicó a recorrer Centroamérica y Sudamérica, Estados Unidos y algunos países de Europa dando recitales, sin descuidar la práctica de la medicina. Su dulce voz y sus numerosos discos fonográficos fueron siempre altamente apreciados en todo el ámbito hispanohablante. Actuó en la película La última canción (1933) al lado de la actriz María Luisa Zea.


Su actividad artística hizo posible la edificación del inmueble donde se instaló un hospital infantil, en la calle de Niños Héroes, colonia Doctores, de la capital de México. Este edificio después albergó la Unidad de Cardiología al fundarse el Seguro Social, institución que adquirió el inmueble. En el patio del mismo se encontraba una placa de bronce en la cual se leía: Levanté con mi canto este templo para aliviar el dolor, más los nombres de todos los países en los que se presentó triunfante el “Chino” Ortiz Tirado, como cariñosamente se le llamaba. Desafortunadamente esa placa desapareció cuando el hospital cambió de dueño.

El doctor Alfonso Ortiz Tirado falleció en la Ciudad de México el 7 de septiembre de 1960. Sus restos mortales descansan en el Panteón Francés de la Piedad, en la capital de la República Mexicana.

 

 


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