Ruta de ideas: Silencio

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Por Magali Romano


magaliLleva al éxtasis de sí mismo. Se encuentra en el fondo las letras de los escritores consumados, de los poemas desgarrados, de la canción trasnochada que quema en las ganas. Se destila en cada hoja de un libro, en el suspirar del amado, en el pájaro y la nube que habla quedito para quien la escucha.

El silencio es el cómplice del arte, se requiere para la creación, la introspección, para asimilar y digerir. Vivimos en una época en la que se tiene pavor del silencio; se nota más, en conciertos y exposiciones y presentaciones que se requiere de silencio. Tal vez la televisión que nos enajenó desde mitad del siglo XX,  y la radio que llenó las paredes y vaciós de los hogares, que hoy, no sabemos estar en silencio. En los conciertos masivos populares, la gente canta a la par de sus cantantes, y sus berridos se mezclan entre los de todos los demás, haciendo nula la posibilidad de percibir los instrumentos y al mismo (os) cantante (s), el chiste es oírse a símismo entonar las canciones que nos llegan sin importar si somos entonados o el de enfrente quiere realmente apreciar el concierto.

El ruido solo nos lleva a cada quien, el egoísmo del ego se apodera en el negro ser, y por eso pongo  la música que me gusta a todo volumen en auto, la música de banda mientras trapeo, los audifónos del celular en la parada del camión, para no escuchar nada mas que lo que me interesa. El mundo fuera de “mi” no importa…

En los conciertos de música clásica y recitales de ópera, es incomprensible que los silencios son parte de la música, apenas un segundo sin notas, la gente suelta “aplausitos nerviosos” para llenar ese vacío que además es una mezcla de no saber cuándo, a pesar de tener el programa en mano. No es porque no se sepa.

La lectura requiere de silencio, tanto exterior como interior, pero con la prisa y el ruido que nos come, se sienten los huesos carcomerse al pensar que no somos parte de la sonoridad del día… Es mejor dejar el libro y poner la música de banda lo mas alto posible, o la canción de Marisela que escuchamos desde que nos dejó hace 20 años el susudicho, para acallar lo que podamos decirnos, lo que otros quieran decirnos.

El ruido es, sin lugar a dudas, el demonio más feroz de la ignorancia de este tiempo, impide que llegue la luz, el temple, la bondad de lo que otros puedan hacer en nosotros. Silencio, que el ruido se ha comido el mundo.

 

 

*Magali Romano es periodista cultural para radio y televisión. Trabaja en Telemax desde hace 19 años. Es titular del programa Cóctel desde hace 13 años.


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