La Capilla del Carmen: Símbolo de permanencia

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Uno de los íconos de Hermosillo es, sin duda, este lugar que guarda entre sus muros una combinación de estilo gótico y clásico a la vez

Por Karla Valenzuela*
La majestuosa Capilla del Carmen, en Hermosillo, data de 1836, cuando Pascual Íñigo –por petición de su esposa, Trinidad Húguez de Anza- solicita permiso al Obispo Juan Ignacio Quiroz y Mora para construirla en honor de la Virgen.

En 1837, se expidió la licencia para iniciar con la construcción del templo, con la única condición de que, aún estando ésta dentro de una hacienda, fuera abierta a todos los fieles. Su construcción acaba en 1841 y, para el año siguiente, el 15 de febrero, se inician las celebraciones por el padre Juan Francisco Escalante. Un día después, se introduce al recinto la imagen de la Virgen del Carmen en un cuadro al óleo y, desde entonces, se realizan procesiones en su día: 16 de julio.

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En 1887, Trinidad Húguez nombró heredera a su nieta, Carmen Íñigo Jiménez, y la responsabilizó del cuidado de la capilla. El templo es donado, entonces, a la Orden Franciscana y, así, pasa a ser propiedad de la Iglesia.

 

Paulatina construcción

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Las naves laterales y el frente principal se construye en la época del padre Wenceslao Bautista, de 1899 a 1913, por el ingeniero Silvestre Cruz y con la ayuda de peones de origen Yaqui que provenían de La Matanza. La construcción de todas las naves laterales termina en 1917.

Su arquitectura combina elementos ornamentales góticos, arcos ojivales, con elementos un tanto clásicos y la torre en el centro de la fachada le da a la edificación un cierto toque de misterio.

 

Vicisitudes y deterioro

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En 1906, la Hacienda de los Íñigo se vende a Alfonso Echeverría, quien manda cercar la capilla. Acto seguido, los habitantes, liderados por el llama “Juez del barrio”, Pedro Murgía, destruyen el cerco y pasa a ser de dominio público de Hermosillo. Luego de esto, en 1929, la construcción sufriría otra merma: perdió parte del lado sur luego de que llegara la creciente del río. Tiempo después, de 1935 a 1943, el recinto es utilizado como cuartel por los llamados “Camisas rojas”, que eran comandados por el cacique oriundo de Tabasco, Tomás Garrido Caníbal. Era el tiempo de Plutarco Elías Calles y, también, el de la persecución religiosa.

 

Representa a Hermosillo

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El 16 de julio de 1979, la Capilla del Carmen es consagrada como parroquia. Ignacio de la Torre fue el primer párroco. En 1973, se remodela la fachada y se deja como está actualmente.
Desde entonces a la fecha, los presbíteros Arturo Leal (1972- 1980), José Esteban Sarmiento ( 1980- 1994), José Genaro Huerta Valenzuela (1994-2004), Marco Antonio Islas Félix (2004- 2011) han sido parte de la historia de la Capilla del Carmen al oficiar misa como titulares de la parroquia. De 2011 a la fecha, el padre Martín Edgardo Moreno Molina es el párroco.

 

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*Karla Valenzuela es escritora y periodista. Es Licenciada en Letras Hispánicas y se ha especializado en Literatura Hispanoamericana. Actualmente, se dedica también a proyectos publicitarios.

 

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Un comentario en "La Capilla del Carmen: Símbolo de permanencia"

  • el 18 junio, 2018 a las 7:34 pm
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    No mencionan al Padre Salvador Andrade, que fue párroco de la Capilla hasta fines de los años 60, refrigeró la Capilla y construyó el Teatro de San Juan Bosco en la Calzada Guadalupe a un costado de la misma Capilla. Tampoco mencionan al Padre Saldamando.

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