No tiene la culpa en indio: El regreso del repartidor

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Por: Malasuerte
Voy conduciendo tranquilamente pensando en el auto-homenaje y estatua que se mandó a hacer Joaquín Gamboa Pascoe, cuando de pronto por mi retrovisor veo con unos jeans negros, una sudadera naranja, unos tenis blancos y LAS DOS PATOTAS por un solo lado, A QUIEN CREEN?: El repartidor unilateral.

Inmediatamente me dispuse a tomarle video, pero fué tan fugaz que sólo capté unos cuantos segundos.

Ya enigmado por la insistencia, constancia y audacia de nuestro protagonista, supuse que tal vez tendría alguna afección en la pierna izquierda, o de segurito en la cabeza. Llamé al servicio de entrega para el cual trabaja y pregunté sin anestesia cuál era el problema del sujeto en cuestión. Me fué informado que “el mushasho” tiene una prótesis, lo cual le dificulta el montarse a la motocicleta y por lo mismo conduce así.

Pensé mucho en lo que escribiría a continuación, ya que aplaudo a una empresa que emplea a personas con discapacidades y que nos demuestran que una condición como esa no es impedimento para trabajar y funcionar como cualquier otra persona.

Dicho lo anterior me iré sobre la yugular: Si algo me han enseñado las películas es que al perder un sentido y/o una capacidad, el resto se agudiza, para compensarlo; lo cual quiere decir que teóricamente el repartidor debería ser más despierto y cauto para conducir. Como podemos observar en el video, este no es el caso, y aparentemente es lo opuesto, es como esas películas de rambo que se les acaban las balas de un arma y la tiran y usan otra. Es el peor que he visto? Mmmno. pero le quedan menos pistolas que tirar cuando se le acaben las balas.

-Fin del comunicado-

 

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Un comentario en "No tiene la culpa en indio: El regreso del repartidor"

  • el 25 febrero, 2015 a las 8:17 pm
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    Dices, bien, Malasuerte. Qué bueno que las personas con algún tipo de discapacidad tengan oportunidades como ésta pero, como comentas, también esta persona debería saber desempeñarse con el debido respeto a los demás conductores y a los peatones, por supuesto. Es decir, su condición no le da derecho de pasar por alto la precaución. Aquí todos merecemos respeto por igual, y éste debe ser recíproco. Un conductor, discapacitado o no, debe sujetarse a las reglas de vialidad, es prioritario. De lo contrario, pone en peligro a los demás. Y no queremos eso…

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