¿Un gobierno “buena onda”?

Por: L.A.E. Jesús M. Corona M.
De nueva cuenta, la Secretaría de Hacienda (Federal) nos anuncia con un poco de cinismo que, la preciosa gasolina magna y el diesel no tendrán aumentos en febrero, respecto de los registrados en enero del año en curso. En cambio, habrá un decremento de tres centavos por litro en la gasolina premium.

Además, con un dejo de “para que veas qué buena onda soy”, declaran que a pesar de la apreciación que ha tenido el dólar a lo largo del año que transcurre, esa circunstancia hubiera conducido en otros tiempos a un aumento de los combustibles y la caída del precio del petróleo compensó la situación.

Qué memoria tan flaca tienen los genios de las finanzas nacionales, encabezados por el superasesor presidencial Videgaray, que necesita que alguien lo asesore a él -¿Acaso no estuvieron aplicándonos un incremento mensual a lo largo de tres años?- Y la justificación que nos daban era que las gasolinas y el diesel de PEMEX, para poderlas poner a nuestro alcance en las gasolineras nacionales sin “sangrar” más nuestra economía, las tenían que subsidiar con montos de cientos de millones, pero que en el momento en que los precios llegaran a los que rigen en el mercado internacional, a partir de ahí el gobierno mexicano ya no iba a sostener “artificialmente” los precios con la eliminación de los subsidios, dejando que la oferta y demanda a nivel mundial fuera lo que determinara el precio real.

Ya estamos en esta situación y ya nuestros vecinos de junto han estado ajustando los precios del combustible al último consumidor, por el que están pagando un promedio de 8 a 9 pesos el litro de acuerdo a los precios del “oro negro” que gradualmente se han ido deslizando en una tendencia a la baja. Difícil prever hasta qué punto va a llegar, aún para los expertos en macroeconomía.

Y eso nos lleva a pensar que las leyes económicas las respeta nuestro gobierno cuando les conviene, y cuando no, como en el caso que estamos comentando, la actitud es de disimulo y de inacción, como si no hubiera población pensante enterada y crítica que ya no cree los anuncios rimbombantes que, de cuando en cuando nos recetan, y aunque sean ciertos, la duda flota a lo largo y ancho de nuestro México: ¿Algún día aprenderán?

* L.A.E. Jesús Manuel Corona Martínez. Colaborador

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