Espejo desenterrado: La memoria lo es todo… también en navidad

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A mi padre, con el deseo infinito de que nunca olvide lo feliz que nos hizo en cada Nochebuena.

Por Karla Valenzuela
Karla Valenzuela
Siempre he percibido la navidad con un tanto de nostalgia. Simplemente, es la época en la que los recuerdos se hacen más y se vuelven tantos que, a veces, estrujan el alma.
Recuerdo, por ejemplo, -como si fuera ayer-, el olor a los buñuelos que en esta temporada acostumbraba a hacer mi tía Concha, siempre combinado con el exquisito sabor del café que apenas y tenía mi taza de niña, con demasiada leche y con quién sabe cuántas cucharadas de azúcar. Y al acordarme de eso, el sonido de su risa, la sensación de tocar sus manos, dignas de una mujer que ya había envejecido, recaen en mi mente como agua fría en tormenta invernal.

Por supuesto, también vienen a la memoria los cariños de mi tía Fina –aquélla que, a petición mía, me regaló un carrito en vez de muñecas. Simplemente estaba tan cansada en mi infancia de jugar a las mismas cosas que, de veras, deseaba un regalo distinto.

Lili, Carolina y Colorina también llegaron en Nochebuena para convertirse en mis grandes amigas. Eran mis muñecas más preciadas, todas, por supuesto, con nombre de alguna telenovela en turno.

Ciertamente, mi recuerdo más entrañable, es Santoclós llegando a mi casa cada 24 de diciembre. Yo no sé cómo ese gordito barbón le hacía para darse el tiempo de visitarnos a mis hermanos y a mí, a mis primos y a toda la familia, y tampoco pude entender nunca cómo fue que mi padre se las ingeniaba para no reunirse con Santa y ausentarse durante la visita del de traje rojo.

Ahora, las cosas han cambiado y también las rutinas, pero gracias al cielo, permanece aún la memoria de aquellos días; la familia, aunque distinta por la madurez que dan los años, persiste además para recordarnos quiénes somos y dónde debemos estar.

Por eso, este día habré de desearles a todos que acumulen un gran tesoro de recuerdos que puedan revivir junto a sus seres queridos cada vez.

Desde aquí, les deseo una feliz navidad a todos mis idos, Concha, Fina, Ricardo, Alicia, Willy. Y, sobre todo, les deseo feliz vida a quienes permanecen aquí conmigo, siempre esperando que Santoclós llegue y nos traiga buenas nuevas.

 


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3 comentarios en "Espejo desenterrado: La memoria lo es todo… también en navidad"

  • el 24 diciembre, 2015 a las 9:17 pm
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    Hola Karla me dio mucho gusto leer el comentario que hiciste en tu publicacion reciente ESPEJO DESENTERRADO, en la que mencionas a mi querida y adorada mama conchita, me hiciste llorar por esos bellos recuerdos Muchas gracias y seguire leyendo lo que escribes. Que pasen muy feliz navidad. Yoly Pacheco Denton

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    • el 25 diciembre, 2015 a las 12:48 am
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      Tía: Feliz navidad. A mi tía siempre la recordaré con amor. Te abrazo. Gracias por leerme.

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  • el 26 diciembre, 2015 a las 1:16 am
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    Mija que bonito relato muy tierno y que llega a tocar las fibras del corazón….nos haces recordar aquellos tiempos de cuando tu eras una niñita y nosotros mas jóvenes…disfrutábamos la llegada del Santa y las reacciones de todos los pequeños……..acciones pasadas pero que se quedan en la memoria y tú hoy los has revivido…gracias por tu sensibilidad para escribir que nos hace leerte con atención…..recibe un fuerte abrazo…te quiero y deseo que el niñito Jesús te traiga todas las bendiciones que te mereces….un fuerte abrazo mi niña

    Respuesta

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