De mente abierta y lengua grande: Las lombricias

Facebooktwitterredditpinterestlinkedinmail

Chef Juan Angel | @chefjuanangel

Junto a la tapia, en el fondo del patio, había un gallinero de dimensiones considerables que resguardaba a decenas de pollitas ponedoras que diariamente alimentaban a toda la familia Silvas. A la derecha estaba el cuarto de los tiliches y a la izquierda el lavadero; en el centro, un gran árbol de naranjas agrias que mi tía Concha transformaba en un postre delicioso hecho a base de sus cáscaras; debajo del árbol crecía la hierbita milagrosa, misma que proveía gratuitamente a toda la familia, incluyendo la nuestra. Una vez al año, generalmente los domingos, íbamos a recoger un racimo de tallos repletos de hojas verde brillante, que mi mamá lavaba y guardaba dentro de una bolsa de plástico en el refrigerador; lo cual indicaba que iniciaría la semana contra “la rasquera de la cola”.

El lunes iniciaba la rutina diaria con una variante en el ambiente, la mañana no olía a tortillas recién hechas, ni chorizo o huevos fritos, menos a café; olía a la hierba que mataba las lombricias, al salir de la recámara, nos esperaba una taza de melamina color verde, llena de té hasta los bordes. Teníamos prohibido pasar al baño o lavarnos los dientes antes de beber por completo el líquido que parecía agua de criptonita, con sabor a tierra orinada por perros y aroma de boñiga con quelite.

El calvario duraba 7 días, de lunes a domingo bebíamos té de epazote antes de cualquier actividad, lo más rápido y caliente posible.

El fin de semana vino a mi mente esta historia mientras me platicaban sobre unos “frijoles sonorenses” que llevaban epazote y recordé aquella frase de mi mamá: “El epazote es para las lombricias”, años más tarde conocí las muchas aplicaciones de esta hierba prehispánica, dentro de las cuales no se enlista como ingrediente de los frijoles en Sonora, pero sí de los preparados en el centro – sur del país.

El epazote es una planta medicinal utilizada por los mayas, mexicas y zapotecas para sazonar y curar vómitos, diarreas y otro malestares estomacales. Además, es rico en vitaminas A, B6, C, calcio, potasio, zinc y fósforo.

¿Por qué se le agrega a los frijoles? Muchos dicen que le transfiere un aroma fresca y sabor agradable, sin embargo, los expertos en herbolaria mencionan que también es un excelente remedio contra la flatulencia.

Habiendo dicho lo anterior, les informo que esta época de invierno es la mejor para sembrar epazote, solo basta poner las semillas (que se pueden obtener de un mazo comprado en el supermercado) en una maceta o jardín expuesto al sol, regarla dos veces a la semana sin ahogar la tierra; así, durante la próxima primavera tendrás un frondoso arbusto de epazote que te ayudará a matar “las lombricias” y sazonar los hollejos.

Chef Juan Angel – Licenciado en Periodismo y chef profesional, conductor de televisión, creador de contenidos gastronómicos y embajador de marcas de alimentos.


– PUBLICIDAD –SUM Comunicación


 

Facebooktwitterredditpinterestlinkedinmail

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *