Celuloide: The Midnight Gospel

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Por Jesús Ricardo Félix
Jesús Ricardo FélixEs fin de semana y en esta ocasión en Celuloide analizaremos una animación disponible en Netflix. The Midnight Gospel es una serie del presente año creada por Pendleton Ward y el comediante Duncan Trussell, anteriormente este par había colaborado en la conocida serie animada Adventure Time (2010). Clancy Gilroy es un curioso spacecaster (palabra “derivada” de podcast) que cuenta con un simulador de universos a través del cual nos da la impresión que busca empaparse de conocimientos relacionados con tecnología o la idiosincrasia de las diferentes formas de vida que coexisten en los distintos universos. El personaje de Clancy viaja a través del simulador a otros planetas, que pueden ser reales o no, donde busca y encuentra a los invitados de su spacecaster, las entrevistas y los invitados están inspirados en la vida real, nada más y nada menos que en el podcast del colaborador Duncan Trusell. Al mismo tiempo es como un video juego que se reproduce en modo simulación donde el humano Clancy debe elegir un avatar virtual distinto dependiendo al planeta que se disponga a viajar.

Los temas que aborda la serie van desde la meditación, al budismo zen o la muerte todo esto bajo una perspectiva analítica por momentos psicológica, filosófica y hasta sociológica. Hay un sentido del humor parecido al que se maneja en la serie Rick and Morty (2013) en el sentido de que se lanzan chistes relacionados con la ciencia o la filosofía sin ubicar a la audiencia en el contexto, es por eso que quizás sentirán que tienen que dar click en rewind en algunas escenas o de plano repetir el capítulo para entender de qué se trata realmente la escena.

La serie les parecerá un viaje ácido por momentos e incluso hay un capítulo donde se aborda el tema de las drogas, si es que estas se pueden juzgar como buenas o malas o en realidad es la situación o el organismo en sí lo que determina si las sustancias hacen bien o mal al sujeto. Se habla de los estados de conciencia, como necesitamos los unos de los otros para evolucionar a un estado más elevado de conciencia que nos libere del ego individual a la de la experiencia compartida. Hay ocasiones donde parece que la voz de Clancy es una voz interior de cualquier humano discutiendo consigo misma acerca de temas profundos como la espiritualidad o el sentido de la existencia. Hay un capítulo donde Clancy practica la meditación y va por ahí presumiendo que es un iluminado cuando en realidad solo ha expandido la sombra de su propio ego.

Recomiendo la serie para aquellos dispuestos a tratar de asimilar una propuesta que exige una total atención para no perderse en la ficción, tal vez cuente con una intención aleccionadora que provoque al espectador investigar o practicar los temas ya mencionados. En sí la fórmula de la serie es bastante compleja y mezcla elementos de comedia surreal con toques de humor negro, mundos distópicos, realidades alternativas. Sobra decir que no está dirigida a un público infantil ni adolescente ni adulto, lo que reduce a un perfil muy particular a la audiencia que se adentra en la narrativa de la serie. Individuos con la capacidad de abrir la mente dispuestos a escuchar la verborrea filosófica de los personajes que en ocasiones no da pausas al cerebro para tratar de asimilar los conceptos más bien va de frente acelerando el ritmo y si desconocemos el contexto del entrevistado más difícil es ubicarnos en el absurdo. A algunos la serie les parecerá pretenciosa para otros una interesante e innovadora propuesta.





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