martes, abril 16, 2024
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Celuloide: No es otra tonta película de nazis

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Por Jesús Ricardo Félix
No conocía mucho acerca del director Taika Waititi solo que había trabajado en algunas películas de superhéroes como Avengers. Así que para conocer un poco acerca de su carrera leí algo acerca de él y descubrí que frecuentemente produce, escribe, dirige e incluso actúa en sus propias películas. En la más reciente: Jojo Rabbit interpreta a Adolph Hitler el amigo imaginario de Jojo, un niño fanático del nacionalsocialismo.

La película mantiene desde el inicio un tono de comedia que sube y baja de ritmo según el drama de la segunda guerra lo permite. Inscrito en las filas de las juventudes hitlerianas Jojo recibe un continuo y por demás efectivo lavado de cerebro. Desde niño se le ha entrenado para repudiar la otredad y abrazar los símbolos nacionales, sin conocer mucho del tema odia al judío e idolatra a los líderes del Tercer Reich. Al respecto del programa educativo dirigido a los niños el Führer pronunció alguna vez la siguiente frase: “Tú no piensas como yo, pero tus hijos me pertenecen”. La lealtad al régimen que se les inculcaba a estos niños llegaba al punto de que podían denunciar a sus propios padres en caso de sospechar una traición a la causa.



La película de Waititi, con su sentido del humor particular, nos muestra la deconstrucción del “otro” como el enemigo, en el caso de Jojo sus prejuicios sobre la raza judía son derribados uno a uno a través de Elsa quien se refugia tras las paredes de su casa aprovechando el parecido con la hermana mayor Inge. Su amigo imaginario lo presiona para que se mantenga leal a los intereses de Alemania, pero el niño se enamora cada vez más de su enemiga. Sabemos que la Rosa Blanca de Sophie Sholl no fue el único movimiento de resistencia antinazi, pero sí que es de los más reconocidos. La película se ubica en la parte final de la guerra, es poco realista, su humor negro y un tanto británico puede no ser entendido por algunos. Un Adolph Hitler que en ocasiones parece hasta simpático, el capitán nazi Klenzendorf que tiene gestos de bondad y heroísmo, Rosie la mamá repartiendo propaganda antinazi. La película rompe con el perfil del nazi villano y se vale de algunos estereotipos para tratar de hacer reír a la audiencia. La comedia llega a un sector del público más que a otro, una mujer que se encontraba en la fila de atrás se reía con cada Heil Hitler que repetían los personajes. Sin embargo me atrevo a afirmar que no es otra tonta película de nazis pues ubica al ciudadano alemán como un ser humano víctima del contexto y las circunstancias, de sus miedos y sus líderes que le arrastraron a una guerra de megalómanos.





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