viernes, abril 19, 2024
ColaboraciónColumnaCulturaLa perinolaOpinión

La Perinola: Aprender es seguir vivo

Facebooktwitterredditpinterestlinkedinmail

Por: Álex Ramírez-Arballo
Álex Ramírez-Arballo, La ChicharraQuiero hablar de un tema que me apasiona: el aprendizaje. Se tiende a pensar que el aprendizaje es un asunto que concierne únicamente a los más jóvenes o a los niños, quienes, como es natural, se ven forzados a aprender para incorporarse con éxito a la sociedad. La etimología misma de la palabra pedagogía se refiere a paidos, que significa niño. Sin embargo, resulta claro que todos –sin importar de que edad seamos- podremos aprender lo que queramos si nos lo proponemos y tenemos la voluntad suficiente.

Todos tenemos talentos y esto es un hecho independiente de nuestra edad. Los que ya no somos niños debemos procurar continuar con nuestro proceso de aprendizaje. Hace ya más o menos 30 años, Martha John acuñaba el término geragogía para referirse a la enseñanza de los viejos: los momentos de nuestra vida son como escenarios que vamos visitando, cada uno con sus particularidades y características propias. Todos, incluso los viejos, pueden seguir aprendiendo. Es el punto.

Me considero un difusor de la idea de la autoformación, el autodidactismo y el cultivo de nuestros talentos; debería haber, de igual forma que hay un producto interno bruto, algún indicador que midiera la manera en que en un país fomenta el desarrollo del talento de cada uno de sus habitantes. El talento no es una cosa estática sino una posibilidad que se acrecienta con el esfuerzo y el auxilio de los demás.

Creo algo más: el talento personal debe entregarse al servicio de la comunidad a la que uno pertenece. No se cubre la luz sino que se muestra; si tienes un talento, cualquiera que sea, tu más alto deber es labrarlo e instrumentarlo, volverlo acto para que de este modo dé sus frutos. Para eso fuimos creados, para eso hemos venido a la tierra, para ser agentes del bien, la justicia y la imaginación.

Quien deja de formarse, quien deja de aprender no solo se traiciona a sí mismo sino a la familia humana, porque él pierde la concreta posibilidad del crecimiento y los demás pierden el servicio que podría darles si es que atendiera su desarrollo personal.

Es una idea muy simple, es verdad, pero muy necesaria. Igual de simple es el aire y el agua, y ya sabemos lo que nos pasa si nos hace falta.

 

 

Álex Ramírez-Arballo. Doctor en literaturas hispánicas. Profesor de lengua y literatura en la Penn State University. Escritor, mentor y conferenciante. Amante del documental y de todas las formas de la no ficción. Blogger, vlogger y podcaster. www.alexramirezblog.com

 


– PUBLICIDAD –

SUM Comunicación. Somos tus ideas


 

Facebooktwitterredditpinterestlinkedinmail

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *